REFUGIO PIONERO DE AVES
Mil anillos para los pájaros de Palacios de Compludo
Ponferrada y Tyto Alba celebran los 25 años de la única reserva ornitológica de la provincia con unas jornadas el 26 y 27 de octubre en las que mostrarán el anillamiento de aves para estudiar sus hábitos y plantarán árboles autóctonos
Un millar de aves, águilas reales, gavilanes, cernícalos, halcones ratoneros y peregrinos, y de águilas culebreras, de papamoscas y cerrojillos, que están de paso, han recibido en los últimos diez años anillos para controlar sus vuelos y su reproducción en la Reserva Ornitológica de Palacios de Compludo, la única que existe en toda la provincia de León y que los días 26 y 27 de este mes celebrará el vigésimo quinto aniversario de su creación gracias a la unión del Ayuntamiento de Ponferrada y la asociación conservacionista Tyto Alba.
Un millar de pájaros vuelan o han volado con un identificador que permite averiguar lo lejos que llegan y sus hábitos de reproducción, aunque haya quien reniegue de esta práctica, explica el presidente de Tyto Alba, Miguel Gallego Rancaño, para hacer balance de una actividad que se sumó a la labor de la asociación en lo que en 1999 era un pueblo deshabitado, amenazado por los incendios forestales, y hoy no solo es un refugio para 77 especies diferentes de aves, también es un lugar que ha recuperado el bosque autóctono, su arquitectura rural y, alejado el fantasma del fuego, cuenta otra vez con nuevos habitantes y residentes estacionales.
El anillamiento de aves será el sábado 26 de octubre precisamente la primera actividad de las jornadas que conmemoran el cuarto de siglo de la reserva. Y serán los anilladores de la Sociedad de Ciencias Aranzadi de Vitoria, Sergio Llorente y Bruno Iglesias, los que muestren de 9.00 a 11.00 horas de qué forma enredan a las aves en una red para capturarlas, colocarles el anillo en las patas y dejarlas libres de nuevo. «Algún ave se estresa un poco, pero en todo este tiempo no ha habido mayores problemas», explica Rancaño. Todos los datos que proporciona el anillo se recopilan en la Sociedad Aranzadi junto a la información que procede de otras zonas de España. «Es imporante saber que si un ave aparece muerta por la sequía en el norte de África procede de aquí, por ejemplo», explica el presidente de Tyto Alba, uno de los nuevos residentes en Palacios de Compludo desde antes incluso que se creara la reserva.
De 11.30 a 14.00 horas, los participantes realizará un recorrido por la ruta Valle del Oso, que forma parte del Anillo Verde de Ponferrada y que el Ayuntamiento se preocupa por mantener desbrozada en y perfectas condiciones. A las 14.30 horas habrá una comida y por la tarde, desde las 18.00 horas, una mesa redonda y una charla coloquio abordará la historia de la reserva, de Tyto Alba y de Palacios de Compludo donde intervendrá Miguel Rancaño, el socio José Angel Rodríguez, el vecino Diego Acebo, el anillador y tesorero de la asociación Bruno Iglesias y la presidenta de la plataforma Bierzo Aire Limpio, Elena de la Puente. La jornada concluirá con un magosto. Y el domingo 27, a partir de las 11.00 horas se llevará a cabo una reforestación con árboles autóctonos, en un guiño a los esfuerzos de Tyto Alba por recuperar las masas arboladas quemadas por los incendios forestales; unas repoblaciones que han tenido éxito.
«El resultado de todos estos años es mejor de lo que podíamos esperar al principio», resume Gallego Rancaño, que no oculta su preocupación por la falta de relevo en los proyectos de la reserva y en la propia actividad de Tyto Alba.
Miguel Rancaño: «No hay relevo, los jóvenes tienen otras ideas»
«No hay relevo, los jóvenes tiene otras ideas», se lamenta el presidente de Tyto Alba ante la falta de quienes recojan el testigo de la actividad conservacionista de Tyto Alba. Forjado en la protesta medioambiental en los años ochenta, Rancaño echa de menos a los jóvenes cuando se producen manifestaciones como la que días atrás se quejaba en Castropodame de la planta de biogás que proyecta en Villaverde de los Cestos el grupo de Manuel Lamelas Viloria. «Allí todos teníamos de sesenta y setenta años para arriba», afirma.