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La Consejería de Medio Ambiente financiará el proyecto con 53.000 euros

Expertos de la ULE estudiarán el suelo degradado de la Gran Corta

El objetivo de la investigación es el uso de residuos en la restauración como economía circular

L. de la Mata

Publicado por
Ponferrada

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La Junta de Castilla y León financiará con 53.085 euros a la Universidad de León para la realización de un proyecto de investigación y transferencia de conocimiento sobre la restauración de suelos degradados por la minería a través de metodologías innovadoras, que tendrá por escenario, como zona piloto, la explotación minera la Gran Corta de Fabero.

La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, desarrolla, a través de la Dirección General de Infraestructuras y Sostenibilidad Ambiental, las competencias relativas a la gestión de actuaciones para la mejora ambiental y paisajística del entorno en áreas urbanas y rurales, en particular las que corresponden a restauración de áreas afectadas por actividades mineras. 

En concreto, se han venido ejecutando diversas actuaciones para la Restauración Ambiental de la Gran Corta de Fabero dentro de las actuaciones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, Next Generation. De forma complementaria a esta obra, se pretende desarrollar la aplicación de soluciones de mejora de los suelos degradados por la minería en colaboración con la Universidad de León sobre la base de intensificar la vinculación de la acción formativa con la gestión ambiental y de incrementar la eficacia de las acciones educativas e investigadoras. 

Su finalidad es facilitar la regeneración de áreas degradadas, mediante el uso de residuos orgánicos e inorgánicos, para favorecer la economía circular, en sustitución de otras enmiendas orgánicas y como contribución al ahorro de fertilizantes minerales coadyuvando a la regeneración de las coberteras de suelos.La Gran Corta de Fabero fue una de las minas de carbón a cielo abierto más grandes de Europa y su actividad finalizó en 2018 como consecuencia de la decisión de la Unión Europea sobre el cierre de las minas de carbón no competitivas. Tiene una superficie de 722,24 hectáreas degradas como consecuencia de la anterior actividad minera, lo que implica la existencia de terrenos contaminados y de tierras que han sufrido un proceso de excavación excesivo que presenta riesgo de derrumbes y pérdida de estructura. En la zona se desarrolla también un proyecto turístico.