El edil de Cultura de Bembibre, José Antonio Rey, dejará la política al acabar el mandato
BEMBIBRE. M. Á. C.
El concejal de Cultura de Bembibre y único edil de la UPL en el equipo de gobierno, José Antonio Rey
Corresponsal de Diario de León Jose Antonio Rey García, representante de la Unión del Pueblo Leonés en el Ayuntamiento de Bembibre y miembro del equipo de gobierno tras su coalición con los representantes del Partido Popular, ha decido abandonar la política municipal tras este mandato en el que ha desempeñado los cargos de Concejal de Educación y Cultura y Presidente del Patronato Municipal de Fiestas. Con una corta vida política de tan sólo cuatro años, Rey García, candidato a la Alcaldía de Bembibre por la UPL en las elecciones del 99, no sólo no repetirá como candidato sino que, según ha podido saber este periódico, no formará parte de ninguna candidatura, alejándose definitivamente de la vida municipal. Según fuentes consultadas, se trata de una decisión totalmente personal al encontrar dificultades para compaginar la vida política con la personal, principalmente tras asumir la responsabilidad de presidir una de las concejalías cuyas actuaciones tienen más visión pública. Satisfecho de los resultados obtenidos en la introducción del partido que representa en el ayuntamiento de Bembibre, Rey García considera que el asentamiento de la UPL precisa de gente totalmente nueva y con nuevas ilusiones. En un análisis de la actuación de la concejalía de Cultura bajo la dirección de Rey García, quienes han colaborado más abiertamente en la organización de las diversas actividades destacan el orgullo por los dos premios obtenidos por el Festival del Botillo, el Blasón de Plata y la calificación de fiesta de Interés Turístico, la Escuela de Educación Infantil, la remodelación del Museo Municipal y la organización de los actos del próximo Festival del Botillo en las instalaciones del Teatro municipal que se inaugurará para esas fechas. En el tintero se le quedará la remodelación de la Biblioteca Pública de Bembibre, un edificio totalmente obsoleto y en el que no se ha efectuado ninguna modificación desde hace casi 30 años. La cruz de su gestión, las cabalgatas, un acto para el que Rey ha reconocido «no tener buena mano».