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DESDE MI RINCÓN Rita Prada

Calma, pero menos...

Publicado por
León

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Parece que ya está todo casi listo y decidido, pero no es así. Los cabezas de lista que representarán a las diferentes formaciones políticas se encuentran en la línea de salida y dispuestos y preparados para enfrentarse, entre ellos, en una lucha reñida que les llevará a la conquista del votante. Los programas electorales definidos, pero no terminados, a punto de plasmarse en panfletos que regalarán a los ciudadanos deseando que su lectura proporcione el último empujón para alcanzar su confianza. Queda poco para que la respuesta del electorado premie o castigue con su voto el buen o mal hacer de los equipos gobernantes y opositores durante los últimos cuatro años. Esto es lo que hay, nada nuevo; siempre, desde que la democracia resurgió en nuestro país, fue, es y será así. Lo único que diferencia a los partidos políticos, que lo es todo, es su filosofía y la forma de hacer, desarrollar y llevar a cabo sus políticas. Al final es el ciudadano el que tiene que diferenciar, elegir y marcar las distancias entre unos y otros. Hemos asistido, con más o menos tranquilidad, a la designación de los números uno. Creo sinceramente que todos estos nombramientos se esperaban y no ha habido ni grandes escaramuzas ni sorpresas. Si consideramos que lo difícil ya está hecho, supuestamente queda lo más fácil y ahí es donde mi olfato me dice que está a punto de comenzar la madre de todas las batallas. Es decir, los que están no se quieren ir y los que no están quieren llegar, quizá porque en su fuero interno piensan que tienen cosas que aportar. Es por tanto necesario el diálogo y consenso entre los distintos miembros de un mismo partido o entre las diferentes tendencias internas que puedan tener una concepción alejada de la doctrina imperante. El que está llamado a gobernar, favor que otorgan los votantes, necesita formar un equipo que goce de su plena confianza, mejor dicho que le jure fidelidad, y es aquí donde la polémica está servida. Se cruzan intereses personales con intereses partidistas creando situaciones tirantes que la mayoría de las veces acaban con la imposición del o de los que más votos aporten en los foros internos de la organización a la que pertenece confundiendo la representatividad personal con los intereses de los partidos a los que están obligados por su militancia. Piensan que "colocando" determinadas personas controlan una parcelita de ese ansiado poder y se sienten como pavos reales. Tiempo habrá, con seguridad, de comentar las situaciones que se avecinan.