La Junta abre la veda para abatir 300 vacas asilvestradas

La Junta de Castilla y León permitirá a los cazadores del coto de Llamas de Cabrera, en el municipio de Benuza, abatir a partir del próximo día 22 a las aproximadamente 300 vacas asilvestradas que campan a sus anchas por los montes de la zona. La imposibilidad de capturar a las vacas abandonadas para encerrarlas en establos ha llevado a la administración regional a autorizar la caza de los animales como único remedio a los problemas que están creando en la zona. El alcalde de Benuza, Rafael Blanco, aseguró ayer que la manada de rumiantes suponen un peligro y serán los cazadores los primeros beneficiados con la desaparición de las vacas de sus terrenos de caza. «No pueden ni ir cazar porque aquello es un demonio de toros bravos», aseguró. La Junta se ha comprometido a recoger los cuerpos abatidos de los animales para trasladarlos hasta la incineradora de Revisa. Los animales ha alterado los ánimos de algunos vecinos, que ha visto como irrumpen en sus cultivos, cruzan libremente la carretera, o se convierten en un riesgo potencial para la salud cuando mueren en el monte. La solución de abatir a los animales en Benuza es muy distinta de la que se adoptó en la localidad de Quintana de Fuseros, en el municipio de Igüeña, donde los vecinos también han tenido que soportar un rebaño de vacas abandonadas por su dueño, pero decidieron encerrarlas al ser un número menor. Tras diversas gestiones y protestas, la Junta autorizó su sacrificio en el matadero, aunque la Junta Vecinal no llegó a recuperar todo el dinero que había invertido en el cuidado y alimentación de las cabezas de ganado.