Tres ingenieros ponferradinos propusieron semienterrar el barco con áridos para evitar fugas
La solución berciana para el Prestige
Depositar un millón y medio de toneladas de áridos en torno al casco del Prestige fue la solución que tres ingenieros bercianos propusieron al Centro Su
Un ingeniero técnico de Minas con experiencia en prospecciones geológicas en la bahía de Santander, un arquitecto y un ingeniero de caminos, son los tres autores del estudio remitido al CSIC que proponía semienterrar el Prestige en el fondo del mar. Guillermo Carrera, Jacinto Castellano y Óscar González, ya habían enviado su estudio al gabinete de crisis del Prestige en La Coruña a mediados de diciembre y este mes se lo hicieron llegar al CSIC. La propuesta de los tres técnicos bercianos proponía trasladar a alta mar a un millón de metros cúbicos (un millón y medio de toneladas) de arena y grava de una cantera de caliza, y mediante una canalización de red de malla guiada por un ordenador y un sistema GPS, depositar en torno al petrolero hundido el material necesario para estabilizarlo en el fondo del mar. Los materiales formando una montaña a uno y otro lado del casco, pero sin cubrir ni aplastar en ningún momento la cubierta, evitaría el agrietamiento del pecio y las fugas de fuel, y a largo plazo, que la corrosión y la presión de las aguas reventaran los tanques donde todavía se almacena el combustible. Toda la operación costaría unos 24 millones de euros (4.000 millones de pesetas). «Sería más barata y técnicamente más sencilla que algunas de las soluciones que se han apuntado como colocar un sarcófago de hormigón, y complementaria con la extracción del fuel», explica Guillermo Carrera. El GPS para localizar los lugares del fondo marino donde dejar caer los áridos desde la boca de la canalización y un equipo informático para dirigir los motores que moverían la red de mallas de más de tres kilómetros y medio de longitud son la parte fundamental del planteamiento. Focos y cámaras de televisión instaladas en la propia canalización de mallas servirían para supervisar la operación desde el barco de transporte. Carrera confía en la tecnología informática para corregir cualquier torsión que las corrientes crearan en el tubo de red de malla, con el consiguiente estrangulamiento del vertido de áridos en torno al casco del Prestige, y para cambiar la posición de la boca de la red. Dificultad en la canalización «La única y gran dificultad reside en hacer llegar el árido guiado hasta el barco usando canalizaciones de más de tres kilómetros y medio de longitud, lo cual requiere de técnicas muy especializadas, pero es económica, eficaz y probablemente definitiva, dejando las puertas abiertas y seguras para otras actuaciones», aseguran. Los tres técnicos insisten en su estudio en que el material depositado debe envolver el Prestige «hasta alcanzar las cotas más elevadas del barco», sin aplastarlo. «Encima de la cubierta o de esas partes más elevadas no se necesita relleno, pero si hay posibilidad de fugas, se resolverá con una capa de 30 a 50 centímetros de espesor», asegura la propuesta. El talud resultante en torno al casco del petrolero hundido sería de 32 grados, y según los tres técnicos bercianos, no habría peligro de futuras erosiones. Al tratarse de material calizo similar al de los fondos, las arenas y gravas depositadas se integrarían perfectamente en el entorno y permitirían la recuperación del ecosistema marino.