Las familias de 40 paseados esperan la exhumación de doce fosas en julio

El campo de trabajo que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) organizará en el Bierzo entre el 1 y el 15 de julio difícilmente tendrá tiempo y medios para atender las demandas de los familiares de más de 40 represaliados que reposan en doce fosas distintas. Y la de La Revuelta, donde se espera encontrar los restos de siete jóvenes socialistas asesinados en los primeros días de agosto de 1936, puede ser la más numerosa. «Se trata de los primeros paseados, sin juicio previo, que mataron en el Bierzo al comenzar la guerra. En julio ya habían fusilado a personajes relevantes, como el alcalde de Ponferrada Juan García Arias, pero habían escenificado un juicio para hacerlo», cuenta Santiago Macías, uno de los miembros de la ARMH que más tiempo dedica a documentar la geografía de las fosas de la guerra que salpica la comarca. La misma suerte corrieron otros tres compañeros, a los que subieron hasta el Campo de las Danzas desde Ponferrada tan sólo unos días después. Ambas fosas figuran en un listado de doce que la ARMH se propone exhumar este verano, repitiendo el campo de trabajo que el pasado año despertó la atención de medios de comunicación nacionales y extranjeros en Piedrafita de Babia y en Cubillos del Sil. En algunos casos, como en el enterramiento de tres hombres de una misma familia en Pardamaza (Toreno), la asociación está encontrando, y agradeciendo, la ayuda de los ayuntamientos, en sintonía con la histórica resolución del Congreso de los Diputados que el pasado 20 de noviembre instaba a las instituciones, y en particular a las municipales, a colaborar en las exhumaciones. «El propio alcalde nos ha garantizado ayuda para costear la estancia de los voluntarios», asegura Macías. La lista de la ARMH es larga y también incluye al alcalde de Castropodame en 1936 y a tres maquinistas de Torre trasladados a Sobrado para asesinarlos, a dos hermanos enterrados en Fresnedo, a tres vecinos de Bembibre, abatidos en una cuneta de Rodanillo, a cuatro huidos en una cueva de Arnado (Oencia), a cuatro vecinos de Quilós (Cacabelos), a tres fusilados en Portela de Valcarce y a otro en Sotelo, y a una decena, porque no se sabe con exactitud el número exacto de enterrados que los voluntarios se pueden encontrar, en Páramo y en Cabañinas.