Fernando Aller alaba en su discurso el afán de progreso de Turienzo

El Club Popular de Turienzo celebró ayer la decimoctava edición del Festival del Botillo. La fiesta, en la que el director de Diario de León, Fernando Aller, actuó como mantenedor, tuvo lugar en las pistas deportivas de esta localidad, con el fin de acoger a las cerca de cuatrocientas personas que se congregaron para festejar la reunión. Fernando Aller alabó la localidad de Turienzo, a la que calificó de «enclave privilegiado, gozo para el visitante y un lujo para quienes han nacido o viven en esta tierra», al tiempo que destacaba la calidad de un pueblo capaz de reunirse en torno a una idea de progreso y trabajar para sacarla adelante. Así, recordó la labor desarrollada por el Club Popular -«gentes que cuando cierran el último bar se ponen manos a la obra y rehabilitan la vieja escuela a la que convierten en foco que irradia no sólo cultura sino convivencia, apoyo y lucha en común»-, como imagen del empuje de un pueblo -el berciano- para mantener viva la tradición, vivir el presente y reclamar el futuro, comparándola con la demora de la administración en atender la demanda de mejora de las comunicaciones. El director de Diario de León terminó su intervención con un canto a las maravillas del botillo -«alimento de amistad-», al tiempo que recordaba la insensatez de la guerra que se aproxima contra Irak. Así, echó mano de la ironía al decir que la causa de este conflicto podría estar en el hecho de que algunos políticos no comen bien.