MEPIROLAUNI Jorge Villa
Pintaditas infantiles
Dicen que los problemas internos se solucionan de manera privada y no se publican a los cuatro vientos, se arreglan de la misma manera. Por eso parece de mal gusto que anteayer apareciera una pintada en la pared lateral del Campus de Ponferrada alusiva a la carrera de cinematografía. "La escuela de cine es una estafa", se leía en semejante grafitti cañero y protestón. Y de la misma manera que apareció, por arte de magia (contubernio de "Al salir de clase": La mano negra), tras la comida había desaparecido. Tengo la sensación de que la imagen de este centro de formación de los cineastas del futuro, no quedará dañada a causa de esta aparente, a primera vista, salida de tono. Sólo si tal aseveración tuviera visos de realidad, el asunto alcanzaría tintes de tragedia sesentayochista, revolucionaria y con un final de barricada o, cuando menos, dirimida en los tribunales. Uno se pregunta si aquél o aquellos que se atrevieron a redactar la ofensiva, reivindicativa o provocativa (que no se sabe muy bien cual era su fin) pintadita, sabían realmente el significado de su narrar. Porque si se indaga, tampoco mucho, descubre que hay un librito llamado diccionario de la lengua española que define perfectamente la palabra estafa. Según dicho códice este verbo sustantivado significa acción y efecto de estafar, lo cual nos remite directamente a lo que entienden nuestros académicos por este sinónimo de timar: cometer alguno de los delitos que se caracterizan por el lucro como fin y el engaño o abuso de confianza como medio. Suena muy mal que al amparo de una universidad se cometan acciones ilícitas y contrarias a toda ley por lo que me parece que quien osó perturbar la paz de este centro del audiovisual no pensó seriamente en lo que imprimía sobre la pared. Sólo tendría su razón de ser este acto de terrorismo inmobiliario, si se sintieran frust rados y pretendieran alarmar a quien quisiera escucharles de lo que les parece irremediable. Pero para ello debería incumplirse alguno de los siguientes aspectos. Sé de buena tinta que aquellos que se matricularon en esta titulación particular de la Universidad de León pagan una pasta y que a cambio del vil peculio se les garantizó una enseñanza de calidad; profesores universitarios y profesionales del medio competentes en todas las materias; material suficiente para poder desempeñar sus labores en todas y cada una de las prácticas a realizar. Para finalizar (como guinda y, quizás, motivo por el que muchos decidieron pasar tres años de sus vida formándose en El Bierzo) el rodaje, cada uno como máximo responsable en su especialidad, de un cortometraje en cine como trabajo final de carrera y cúlmen de su formación.