Convenio firmado

Dice el refrán que más vale tarde que nunca. No sé muy bien si doce años son un periodo largo, si es el adecuado y correcto o si existe un tiempo para cada cosa. De lo que no me cabe la menor duda es que a estas alturas de legislatura la fecha de la firma fue elegida cuidadosa y concienzudamente no siendo necesario ningún trabajoso ejercicio memorístico adicional antes del veinticinco de mayo próximo. A lo largo de estos doce años han tenido lugar cientos de horas de conversaciones donde las negociaciones, diálogos, consensos, disputas, enfrentamientos, abandonos, ignorancia, decepción, incomprensión, han sido el pan nuestro de cada día pero al final se ha parido un convenio cuyas expectativas parecen ser halagüeñas y al que ha querido poner rúbrica, cortesía cedida por el Consejero de Presidencia, el mismísimo Presidente autonómico para constancia visual futura. Desconozco, en toda su extensión, el convenio firmado entre las partes aunque la música me resulte, obligatoriamente, familiar. No he tenido tiempo material para solicitar más información y estudiar detenidamente la letra, grande y pequeña, impresa en el importante documento. Conozco lo publicado en los medios de comunicación y más que nada sé de la lucha y esfuerzo que el Presidente de la Institución Comarcal y su equipo han desarrollado durante el proceso de negociación y la reacción positiva y esperanzadora mostrada después de la firma del convenio, que él mismo ha calificado de "histórico" y que lo es a pesar de las trabas, inconvenientes y zancadillas puestas por el Ejecutivo autonómico. Estamos ante unas elecciones autonómicas y municipales de cuyo resultado final surgirán y se formar án los nuevos gobiernos de la Junta de Castilla y León y del Consejo Comarcal del Bierzo. Será a partir de ese momento, si el convenio firmado se respeta y se desarrolla puntualmente, cuando la institución comarcal inicie su andadura competencial. Malo sería que una vez los votos hayan decidido el gobierno autonómico (sea cual fuere el partido dominante), éste se empeñase en ralentizar los acuerdos firmados que, los hoy gobernantes, tan oportunamente supieron rematar cuarenta días antes del día de autos. Más grave sería que el Consejo Comarcal terminase convertido en un inoperante y mastodóntico receptor de "políticos" que al olor del aumento presupuestario empiezan a creer en la nueva institución y a verla desde un prisma diferente muy alejado del desprecio y animadversión que sintieron y demostraron primitivamente. ¡Que peligro!.