La Audiencia Nacional remite el caso de los 3 kilos de cocaína a El Barco

Las investigaciones desarrolladas por los agentes de la Unidad Central de la Guardia Civil durante casi un año, y que culminaron a mediados de abril con la aprehensión de tres kilos de cocaína a un ponferradino y la detención de media docena de personas más ligadas a la comarca, así como de otras tres de Valdeorras y Villagarcía de Arosa, no son concluyentes como para considerar que formen parte de una banda organizada. Es lo que se desprende del auto dictado por el conocido juez de la Audiencia Nacional, Juan del Olmo, que inicialmente se había encargado del caso. El magistrado ha rechazado la competencia para proseguir con las diligencias y las ha remitido al Juzgado de Instrucción múmero 1 de El Barco de Valdeorras, aunque no se descarta que puedan acabar también en los de Ponferrada. De hecho, el principal implicado en la operación, J.P.M., al que se le sorprendió con los tres kilos de cocaína, es vecino de la capital berciana, así como su hermano, y un agente de la benemérita, todos ellos en prisión desde su traslado a la Audiencia Nacional. En su auto, el juez Juan del Olmo estima que las actuaciones policiales y judiciales que se han desarrollado durante las últimas semanas permiten «afirmar la inexistencia de una organización delictiva dedicada al tráfico de drogas, y que la misma produzca sus efectos en el territorio de más de una Audiencia Provincial». El magistrado, especialmente conocido por su intervención contra el entramado de Eta, sostiene en su resolución que el presunto suministrador de la droga, el que portaba los tres kilos de cocaína, «es una persona que nutriría de droga» a los otros imputados. Pero entiende que no guarda con ellos posición directiva alguna, sino que les ofrecía los estupefacientes por dinero e incluso contrata a alguno de ellos para que trasladen la droga a otras zonas. De tráfico de armas a drogas A su juicio, en buena medida todos los detenidos e imputados -muy conocidos en Ponferrada- se pueden considerar pequeños «compradores-vendedores-consumidores-colaboradores» que intervienen por una «conjunción esporádica de intereses». En el auto también se revela que la operación de la Unidad Central de la Guardia Civil se inició con investigaciones centradas sobre el tráfico de armas y de explosivos en las comarcas de Valdeorras y el Bierzo.