Diario de León

LA GAVETA César Gavela

Cubelos del puente

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León

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Hacía años que no entraba en el bar Cubelos, y el otro lunes tomé allí un café con Andrés Viloria. Nos pusimos a hablar del Bierzo y de los años, del río próximo y de los amigos muertos -en aquel instante un poco vivos, al recordarlos-, y a veces miraba yo el viejo café y lo encontraba igual que siempre, como si estuviera fuera del tiempo. No sé cuando se fundó el Cubelos. Tal vez es anterior a la guerra civil y muy probablemente es el bar más antiguo de Ponferrada, lo que es título grande en ciudad tan amiga de los cafés, tan amante de la convivencia y la broma, de la observación y no sé si también del escepticismo, pues todos esos encuadres casan bien con la atmósfera de los viejos bares, que todos tienen un algo de ermitas laicas, de santuarios civiles, de puentes por donde pasa la vida y la gloria. Puentes de Cubelos. Creo que es bueno reivindicar a los viejos cafés de Ponferrada, que ya son tan pocos. Hacer una lista de los fundados antes de 1950, por poner una fecha, y urdir una complicidad entre todos ellos. Una confederación espiritual y espiritosa. Si la sociedad ya acepta y defiende la arqueología industrial, cosa muy estimable, ¿por qué no hacer lo mismo con los locales que mejor guardan la memoria oral de la Ponferrada del siglo XX? Reivindico pues, modestamente, ese manto de recuerdo y respeto para los viejos bares de la ciudad, para los pocos que han sabido crear un mundo propio, una imagen diferente, una continuidad pacífica y casi invencible: el Cubelos, el Bodegón, la Obrera... También alguno más que ahora, involuntariamente, olvido. El Cubelos ya era el Cubelos cuando la ciudad sólo tenía doce mil habitantes, en plena postguerra y también en los sucesivos y duros años del odio y del wolfram, del maquis y del carbón, del hierro, la electricidad y el cemento. También en los años del anhelo imposible de los altos hornos y de la fábrica Renault que a la postre Franco regaló a Valladolid, que era una urbe mucho más eclesiástica, militar y falangista que Ponferrada. Durante todo ese tiempo, el Cubelos ya estaba allí. También cuando la ciudad era Macondo y Comala a un tiempo, y la Mancha de don Quijote para sus vecinos más soñadores. Cuando Ponferrada era todas las ciudades de Poniente de Antonio Pereira en una sola. Allí estaba junto al puente al que dio nombre popular, como si el Cubelos fuera el bar fundacional de la villa. Pero ahora lo que vale es que allí sigue, última cantina literaria de Ponferrada. Viendo pasar a los peregrinos y al tiempo, que los dos entran de la mano a pedir una tapa de pulpo y un vaso de vino. Varios vasos.

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