Reixa reivindica el gallego en el Bierzo

Una historia de amor en tiempos de la Guerra Civil sirve a Antón Reixa para romper el tópico de la sumisión de Galicia al alzamiento militar de 1936 y de paso sacudirse el estigma que para muchos de sus paisanos supone el hecho de que Franco naciera en El Ferrol y ejerciera de gallego. Y el «alegato a favor del amor y de la conciencia», -que así definió Reixa su película- también fue ayer un alegato en favor del idioma. El director de El lápiz del carpintero, que presentó en Ponferrada la proyección en gallego de su primer largometraje, quiso romper otro estigma durante su comparecencia en los Cines La Dehesa: el que aún pesa sobre el gallego en el Bierzo. «Hablar gallego en el Bierzo no es una cuestión de arqueología, es hacer riqueza», afirmó después de recalcar que «el idioma es algo vivo y que se reivindica» y de reconocer, siempre en la lengua de Castelao, que si rodó El lápiz del carpintero en castellano fue por concesión a la productora. Reixa viajó invitado por la asociación Fala Ceibe y los Cines La Dehesa, organizadores de la primera proyección comercial en Ponferrada de una película en versión gallega, y sólo lamentó que los distribuidores se hayan quedado cortos con las tres copias dobladas que se exhiben en Galicia. El director, guionista y productor del filme, que se dio a conocer con el grupo Os Resentidos, también elogió la labor de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que con la exhumación de fosas comunes está destapando la represión en el Bierzo. Y es que la película, y la novela, quieren ser una forma de recuperar la memoria perdida, de ahí el amuleto que le da título. «Un lápiz de carpintero tiene forma ovalada y es por una razón; para que no lo pierdas nunca», dijo ayer Reixa.