Diario de León

LA FRAGUA DE FURIL

Jugaremos a las chapas políticas

Publicado por
MANUEL CUENYA
León

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RESULTA fachoso y demencial que el futuro de un pueblo, de una pedanía o de un ayuntamiento se decida a cara o cruz. Como ocurriera en Balboa o en Villarbón. Nadie en su sano juicio debería permitir que se cometieran estas barbaridades. Pero como vivimos en un mundo de bárbaros y en la política vale todo, pues adelante con el embrollo, que siga el baile de las monedas, y que el cambalache se resuelva por los cauces azarosos del disparate. En el Bierzo, al parecer, nos va el asunto este de lanzar las monedas al aire. No lo olvides, compañerín, si sale cara te la apuntas tú, y de paso te montas en la poltrona de la burra, si sale cruz, en cambio, seré yo mismo quien agarre el bastón de mando, ese bastón perverso y castrador con el que pretendo poner en fila india a los ciudadanos de a pie, que digo ciudadanos, el gentío, al populacho. Es inadmisible que la suerte de un pueblo se decida a las chapas, y encima el magnificente Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León esté de acuerdo. Las chapas es un juego que a uno le pone los huevos de corbata, tal vez porque uno no es muy dado a jugársela a cara o cruz. Y tampoco me entusiasman los juegos en los que intervine demasiado la chiripa. Es muy berciano, sin embargo, darle a las chapas, tirar los fierros al aire, soplar la guita en un ratín de tarde o en una noche chupada y jaranera, que así suelen ser las noches en las que se juega a las chapas. Si uno lo hace por asesinar el tiempo el asunto se me antoja un sin sentido, pero si a quienes se asesina, metafóricamente hablando, es a los habitantes de un municipio, de un pueblo entero, la cosa se vuelve insoportable, espantosa. El panorama político continúa revuelto y embravecido en Balboa. Este es sólo el comienzo. Aún pueden saltar muchas chispas. Los socialistas reclaman que se celebren nuevas elecciones, lo cual sería lo más acertado. Pero de momento Monteserín se convertirá en alcalde. Y en Villarbón, donde también se decidieron las elecciones a cara o cruz, la suerte le sonrió a "Yuma", que por otra parte ha sido el reconstructor de este pueblecín perdido en los Ancares. A veces la suerte le toca al más trabajador. Pues no siempre la suerte tiene por qué estar reñida con el esfuerzo. Incluso se dice que también la suerte se busca o se trabaja. Será verdad. Es evidente que en el caso de Yuma el azar se rindió a su trabajo. Tuve la ocasión de charlar con Yuma hace ya algún tiempo. Confieso que, tras su apariencia prepotente, se mostró como algo resquemado, lo cual no significa, quede claro, que tenga nada en contra para que éste siga ejerciendo como alcalde pedáneo en su pueblo. Si la suerte lo decidió, que la suerte lo acompañe.

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