Diario de León

El arca de Solís

El biólogo autodidacta de Matarrosa, Solís Fernández, tiene intención de crear un museo de ciencias naturales en el Bierzo con su colección de más de tres mil animales disecados.

Publicado por
Mari García / Beatriz García - ponferrada
Ponferrada

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El estudioso de la biología y taxidermista de Matarrosa del Sil, Solís Fernández, guarda en su casa un auténtico tesoro compuesto por más de tres mil animales disecados y congelados e innumerables fichas y diapositivas que recogen medio siglo de estudios sobre la fauna y flora de España. Con esta colección única, el biológo autodidacta pretende abrir un museo de ciencias naturales. Su intención es que el museo se ubique en la comarca del Bierzo, pero confiesa tener muchas ofertas de distintas partes de España, sobre todo de Galicia. «Un museo es algo muy complejo, necesita el apoyo de alguna organización estatal, infraestructuras y recursos económicos para mantenerlo. Me gustaría que el museo se pusiera en marcha a corto plazo porque ya tengo 70 años y que fuese en el Bierzo pero si no puede ser, se ubicará fuera de la comarca», afirma Solís. Su casa tiene muchas visitas de colegios de niños y de curiosos que quieren observar de cerca la gran variedad de animales disecados que alberga. Por ello opina que un museo es el lugar perfecto para que la colección pueda ser admirada. A pesar de no haber obtenido ningún título universitario, Solís es toda una autoridad y referencia en el mundo de la biología. Muchos profesores universitarios visitan la casa de este amante de la fauna para obtener ayuda en sus investigaciones. Él colabora gustosamente ofreciendo sus conocimientos a todo aquel que se acerca a Matarrosa para empaparse de su sabiduría. Varias tesis doctorales han contado con sus aportaciones para conocer mejor la vida de especies como el urogallo, la perdiz roja y la liebre piornal. Su gran labor científica fue reconocida por el Instituto de Estudios Bercianos nombrándole socio de honor el mes pasado. Además, este amante de la biología llegó a colaborar con Félix Rodríguez de la Fuente en numeros estudios. Sólis Fernández comenzó disecando animales para los clientes de la peluquería de su padre, donde trabajó de joven. Un curso sobre taxidermismo fue clave para que abandonase sus labores en el campo y en la peluquería y probase suerte en Madrid dónde llegó a crear un Centro de Zoología Aplicada al que acudían numerosos estudiantes universitarios para realizar sus prácticas. Finalmente, acabó dedicando su vida al estudio de la fauna y la flora.

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