| Reportaje | Adiós a las viejas infraestructuras |
«Puente aéreo» entre General Vives y la calle Ancha Quince metros en 10 segundos
Medio millón de euros y casi medio año de obras ahorrarán desde hoy jueves a miles de ponferradinos el agotamiento que sacudía desde hace décadas a la generalidad que empleaba las escalinatas de General Vives como único atajo para salvar el desnivel entre esta céntrica avenida y la calle Ancha, en la zona alta de la ciudad. Un portentoso ascensor, que fue inaugurado ayer noche por todo lo alto por los responsables del gobierno municipal, permitirá a los usuarios habituales de las viejas y penosas escaleras viajar cubrir en cuestión de segundos un tramo de más de 15 metros de altura que antes costaba cuestión un minuto, pero sobre todo desatados sudores y más de un agonístico resoplido. La estructura que soporta el elevador está configurada por un conjunto de perfiles metálicos en cuya fabricación se han empleado 20.000 kilos de acero. En torno al ascensor, en todo caso, se han instalado también unas nuevas escaleras con peldaños de acero inoxidable para ser utilizadas en caso de avería, o acaso como fórmula de entrenamiento para atletas. En la construcción del ascensor, no obstante, además de su utilidad, el gobierno local que encabeza Carlos López Riesco, ha mirado mucho su resultado estético. El elevador dispone de una cabina panorámica, acristalada con vidrio de seguridad, y con una capacidad de carga de 1.250 kilogramos, lo que viene a suponer un tope máximo de dieciséis personas por viaje. Asimismo, se ha tenido muy en cuenta la adaptación del mecanismo a las personas discapacitadas y se le ha dotado de una línea telefónica que facilita la comunicación bidireccional con el exterior durante las veinticuatro horas del día. La antesala Urbanísticamente, por otro lado, la obra se ha aprovechado para recuperar la entrada al ascensor desde General Vives, donde se ha colocado un bando de piedra, una jardinera y una fuente de uso público con pie de hierro fundido y surtidor de agua permanente para el refresco de los transeúntes. La velocidad del nuevo ascensor panorámico de la avenida General Vives es de 0,68 metros por segundo. Lo que significa que los 15,40 metros que separan las dos calles que une elevador se cubren en algo más de diez segundo. Aunque lo principal para los usuarios no será la rapidez del recorrido, sino la comodidad que supone eludir la «escalada» de los empinados 94 peldaños que existían anteriormente. Máxime si se emprendía cargado con algún tipo de bolsa o equipaje.