Los vecinos se quejan del vaciado del embalse para hacer una escollera

El malestar de los vecinos de Vega de Espinareda se hizo público ayer cuando el alcalde, Mario Guerra, ordenó abrir las compuertas de la piscina fluvial para la creación de una escollera, lo que provocó el desalojo de todo el agua embalsada. El vecindario afirma que esta playa es la única atracción turística que tiene el municipio en la época estival, pero tras el desalojo del agua, ya no hay bañistas ni turistas, los cuales se dirigen a otros pueblos cercanos donde puedan refrescarse. Además, los habitantes de Vega de Espinareda se quejan de que esta piscina era uno de los medios con los que combatían en calor en verano, y tras esta actuación de la alcaldía, el acuso de las temperaturas será más elevado. «Yo creo que la instalación de la escollera es una buena cosa, pero parece que lo han hecho a mala idea al comenzar las obras en pleno mes de agosto», declaró una vecina. La obra comenzó por la tarde, cuando efectivos del municipio abrieron las compuertas del embalse para facilitar las labores de una pala, ante las atónitas miradas de los bañistas. El tractor se dirigió a una de las riberas para agolpar tierra con el objetivo de formar una escollera. Durante más de dos horas, el río recuperó su antiguo cauce, y los niños del pueblo aprovecharon la ocasión para jugar con el lodo del fondo. A las siete se volvieron a cerrar las compuertas, pero con la maquinaria en pleno trabajo en la ribera de la piscina fluvial. Los vecinos comentaron que estas puertas se estaban cerrando para volver a embalsar el río, pero tras haberse llenado de lodo y con la pala aún en funcionamiento, aseguraron que el paraje se había convertido en un lugar insano.