A la patrona

MUCHAS COSAS han sucedido en el panorama nacional durante el periodo estival que finaliza, por lo menos para mí, con las Fiestas de La Encina. Así de primeras, se nos marcha José Mari no sin antes dejarlo todo «atado y bien atado» como ya hiciera aquel hijo de Ferrol que gobernó 40 años o, incluso, como intentara después Santiago Carrillo. ¡Cuidado, Presidente! Recuerdo que los delfines de tan ínclitas figuras cumplieron con sus deberes traicionando, afortunadamente, a sus espirituales próceres. Cambiando de tercio, como se diría en el noble Arte de Cúchares o tauromaquia, un evento que continúa sin celebrarse por cuarto año consecutivo por estos lares, para desgracia de algunos de nosotros. cambiando de tercio, en materia local parece que nuestro primer edil sí que comulga con la conducta de su pater politicus, y el PSOE, con Charito en plan la mejor Anna Magnani de Rossellini huyendo sin puente de plata y obviando su labor de vigía opositora, se queda de nuevo sin entrar en el consejo de ese ente urbanístíco llamado Pongesur cuyos efluvios eurísticos me resultan hedores a tenor de las disputas que provoca entre nuestros representantes. A nivel personal no olvidaré que El Maestro, el rey de los columnistas, la luz que envidiamos todos aquellos que intentamos plasmar ocurrencias con ideas y opiniones en periódico está de bajón. El que jamás vende ni relata nada que no se encuentre envuelto con algo que distingue al grande del necio, al genio del chabacano, se encuentra muy malito. El poseedor del don por el que Franck se convirtió en inmortal aunque muchos tuvieran, incluso, más voz que él, lleva todo agosto ingresado. Ha empezado septiembre y seguimos sin disfrutar con sus plácidos y diarios menesteres. Paco, Don Paco Umbral, el rey del estilo, estilazo a lo Sinatra que diría él mientras acaricia a su gato Loewe y sus marquesas de los miércoles, jueves o, mejor aún, las hijas de estas se convierten en enfermeras cachondonas, reposa su genio y su acojonante y lírica prosa. Por todo esto hoy le rezaré a la patrona del Bierzo; para que el delfin nacional traicione a su mentor; para que vuelvan las corridas de toros, para que la política coamarcal no se asemeje a la Marbellí, para que a la jefa de la oposición no le entren esos honestos despechos que resultan irresponsables y dejan a los ciudadanos en pelotas; pero, cómo no, sobre todo, voy a rezar para que en breve podamos leer cada mañana en la contraportada del Pedro Jota la columna de Francisco Umbral.