Cima cerró ayer sus puertas en el parque del Temple, donde han trabajado 400 voluntarios
Más de 10.000 niños disfrutaron cada día de los talleres de Ciudad Mágica
Los cuatro nuevos talleres del recinto tuvieron una gran acogida por parte de los chavales
La Ciudad Mágica (Cima) de Ponferrada, situada en el parque del Temple, se clausuró ayer tarde en clave festiva y ante la triste mirada de los miles de asistentes que han disfrutado de sus divertidas actividades a lo largo de los últimos seis días. Unos 10.000 niños han pasado cada día por los 32 talleres de Cima, que han estado coordinados por más de 400 monitores de edades comprendidas entre los 14 y los 25 años, según informó el responsable de la iniciativa, Miguel Ángel Marqués, quien se mostró muy satisfecho de los resultados y de la ausencia de incidentes y percances de relevancia. Esta vez, la Ciudad Mágica ha tenido que ocupar más espacio del parque del Temple, ya que poco a poco van adaptándose a los tiempos y ampliando la diversidad de sus talleres. Se crearon cuatro novedosos talleres y se suprimió uno de los clásicos, que siempre son los más visitados. A los diez hinchables, al taller de barro o al de dibujo y pintura acudieron cada día cerca de medio centenar de niños. Como cada edición, el taller de transformación ha sido uno de los más concurridos, donde más de treinta monitores convirtieron a unos mil pequeños al día en su personaje favorito pintándoles la cara. En el novedoso taller de «skate» se celebraron dos campeonatos, uno para los alevines, y otro para los mayores de 14 años. El taller de «paintball» fue también de los más visitados, al igual que la Gran Aventura, donde los jóvenes tenían que pasar diferentes pruebas para salir del recinto. La Ciudad Mágica también ha tenido en cuenta a los más chiquitines, que dispusieron de una guardería infantil para hacer nuevos amigos.