Vapores del XIX en Ponferrada
Un centenar de británicos y suizos llegaron ayer a la capital del Bierzo en un viaje a bordo de la Mikado que comenzó la semana pasada en Barcelona y termina el domingo en Santiago
Sin duda alguna, los ingleses son los mejores viajeros del mundo. Y es que los británicos no hacen turismo, los británicos viajan, y lo hacen de mil maneras diferentes pero con un propósito común: conocer. Con este objetivo, casi un centenar de ciudadanos británicos y suizos llegaban ayer a la estación de tren de Ponferrada en una Mikado del año 1958. «Es curioso, pero nos hemos dado cuenta de que muchos españoles desconocen el patrimonio de «steam machines» del que disponen», comentaba uno de estos viajeros del tiempo. Llegados de todos los rincones de la pérfida Albión, en su mayoría jubilados -pocos tendrían tanto tiempo para disfrutar de un trayecto tan largo y reposado-, llegaron la semana pasada a Barcelona. De allí, hasta Lérida, Zaragoza, León, Ponferrada, Monforte de Lemos, La Coruña, Santiago de Compostela y, una vez más, de vuelta a la Ciudad Condal. «Pasaremos allí dos días a la vuelta, para visitar la ciudad con calma», comentaba uno de los visitantes, que decidió pasar la mañana admirando las máquinas que se conservan en el Museo del Ferrocarril. Los turistas comentaban la extraordinaria labor desarrollada por la asociación de Amigos del Ferrocarril tras su visita a este centro. No obstante, fueron muchos también los que se decantaron por acudir a visitar otras zonas de la ciudad en las dos horas escasas de las que dispusieron para conocer Ponferrada. Además de todas las ciudades anteriormente nombradas, el tren se detiene en la mayoría de los apeaderos del camino. «Es la mejor manera que conocemos de llegar a acercarnos a la cultura y a la gente de los lugares que visitamos; además, la velocidad de la máquina de vapor nos permite admirar más de cerca el paisaje que vamos atravesando», comentaban. Este particular grupo pertenece a una asociación internacional de amigos del ferrocarril que realiza este tipo de aventuras cada año. «Los más implicados en el mundo del ferrocarril son sin duda los suizos, que realizan varios viajes al año; en mi caso, es mi segunda vez. El año pasado el viaje se realizó a través de Portugal y fue también muy enriquecedor», explican. Saben que una de las maneras que existen para no perder el patrimonio de todos es despertar el interés entre los más jóvenes, de ahí que algunos de ellos aseguran que tratan de «captar» a sus hijos para la causa. «Además, cada vez que paramos en una de las estaciones del camino y vemos niños que se muestran interesados, intentamos explicarles el funcionamiento de esta extraordinaria máquina, la «Mikado», que tiene un nombre bellísimo», comentan.