Los jueces investigan 16 incendios forestales provocados en el Bierzo

La labor de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIF) de León ha permitido que los juzgados de Ponferrada instruyan en la actualidad diligencias judiciales para aclarar el origen y la autoría de 16 fuegos declarados en el Bierzo durante los últimos cuatro años. Y el número de casos aumentará previsiblemente cuando los técnicos de la brigada y los agentes forestales que también integran la BIF concluyan las investigaciones emprendidas para resolver algunos de los incendios ocurridos en el último verano y remitan sus informes a la fiscalía. Sólo este año, la BIF ha intervenido en 69 de los 485 incendios registrados en toda la provincia hasta finales de septiembre, aunque sólo apenas una parte de ellos llegarán al juzgado y serán objeto de instrucción si el juez así lo decide. Los fiscales de la provincia había recibido 52 informes, 17 de ellos en el año en curso, hasta comienzos de octubre. Rencillas entre ganaderos, negligencias en la quema de rastrojos, intereses cinegéticos, e incluso supuestos condicionantes económicos sobre el uso del terreno afectado por las llamas, están detrás de una serie de incendios en los que los investigadores chocan con frecuencia con un muro de silencio en las zonas rurales afectadas y cuyo mejor ejemplo ha sido el archivo de la causa abierta para aclarar la autoría del fuego que acabó con la vida de dos trabajadores forestales en Oencia, en agosto del 2000. Y es que los lugares más conflictivo se encuentran en el Bierzo, que acapara 16 de los 23 casos judicialmente en curso en toda la provincia. Aparte del polémico fuego que en septiembre del 2000 calcinó 210 hectáreas en una zona de Arlanza (Bembibre) donde se proyecta un cielo abierto, -cuyo expediente se reabrió a comienzos de año y que no entran a valorar los responsables de la BIF autorizados a explicar su trabajo a este periódico-, entre los incendios que están siendo instruidos por un juez algunos llaman la atención por su presunto origen atípico. Es el caso de las llamas que el pasado verano quemaron una zona próxima a Santa Cruz de Montes (Torre del Bierzo) y en principio atribuidos a los cohetes de una boda, o las que este verano quemaron monte en Barjas, el día que un espectáculo pirotécnico dio realce a las fiestas de la localidad. Más especial si cabe es lo que ha sucedido en los tres últimos veranos en La Granja de San Vicente, donde el paso de un tren provocó un incendio que calcinó 317 hectáreas en septiembre de 2001 y donde está pendiente de remitir a la fiscalía otra investigación sobre otro convoy que habría quemado al frenar otras 35 hectáreas el 6 de agosto. También se instruye en los juzgados bercianos un tercer siniestro en La Granja, sucedido en el verano del 2002, y atribuido a las chispas de la soldadura en unas obras de reparación de las vías. Existe malestar en la BIF por la falta de precaución de Renfe en estos casos, por que la empresa ferroviaria no se preocupa en exceso de desbrozar las cunetas de la vía.