Gas Natural admite que suministró el gas sin tener el certificado final de obra

Las hipótesis de la existencia de supuestas negligencias en la ejecución y supervisión de la red de gas en el inmueble 185 de la avenida del Castillo continuaron aflorando durante la jornada de ayer. Las principales novedades del caso fueron aportadas por los imputados de la empresa Gas Natural quienes reconocieron que el suministro de gas se inició cuando aún carecían de un certificado de fin de obra. Los representantes de Gas Natural admitieron que cuando comenzó la instalación poseían el acta de estanqueidad pero carecían de la documentación de fin de obra. «No debió existir suministro en todo el tramo de la avenida del Castillo sin la prueba de fin de obra», concretó Teresa Gutiérrez, representante de Gas Natural Castilla y León, por la provincia de León. En la misma línea se manifestó su compañero Carlos Aranda quien reconoció que se necesita un certificado final de obra para empezar a suministrar el gas. Fernando Guilló también aserveró que la compañía metió el combustible antes de que Oscagas certificara esa instalación. Al mismo tiempo los miembros de la empresa imputada concretaron que Gas Natural tenía la licencia de obra para la red general pero que desconocían si se había solicitado otra licencia que abarcara desde la red general a cada una de las acometidas. No obstante, Gutiérrez matizó que pensaba que no era necesario disponer de una licencia para cada una de las acometidas siempre y cuando la empresa estuviera en posesión de la que «cubría» a la red general. También quedó de manifiesto que la compañía instaló la red sin haber solicitado a la Junta de Castilla y León la autorización de puesta en marcha. No obstante, la representante legal por la provincia de Gas Natural aseguró que para este tipo de redes se permite la puesta en carga una vez que se ha solicitado aunque se carezca momentáneamente de la autorización que emite la Junta. En otro orden de asuntos algunos de los letrados dejaron constancia de que supuestamente el día posterior a la explosión surgieron tres incidencias en la planta suministradora de gas, ubicada en Santo Tomás de las Ollas. Estas acusaciones hicieron surgir una nueva e hipotética incidencia por parte de la compañía suministradora ya que, algunos de los letrados dejaron entrever que la red carecía del compuesto químico que se añade al gas para que éste huela en caso de que existiera algún tipo de fuga. A lo que se añaden las declaraciones de las personas afectadas quienes afirmaron en su denuncia no haber notado ningún tipo de olor extraño previo a la explosión. Sin embargo, en su defensa Carlos Aranda esgrimió que tras la explosión, y una vez iniciadas las labores de apertura de la zanja había un cierto olor a gas. «Cuando estábamos en el portal no olía a gas pero cuando comenzamos a abrir la zanja si que olía. La arena estaba impregnada de gas», concretó Aranda.