Jesús Esteban agradece a Miguel Martínez y a Antonio Canedo su lealtad en las negociaciones
Los críticos pasan al grupo Mixto y dejan al PSOE en minoría en el Consejo
El alcalde de Bembibre asegura que se siente totalmente respaldado por todos los consejeros socialistas
«Se trataba de elegir entre nosotros o Fátima, y una vez más han preferido a Fátima». Con estas palabras, el alcalde de Bembibre materializaba su paso al Grupo Mixto junto a sus tres compañeros: Ivo García y los regidores de Carucedo y Barjas. Terminaba así un largo viaje que comenzaba el pasado 31 de julio tras el pleno de constitución del Consejo Comarcal del Bierzo. Durante todo este tiempo, el anterior presidente del Consejo ha venido reivindicando la suspensión de las dos medias dedicaciones a los consejeros populares de Noceda y Borrenes como una prueba de la buena voluntad del PSOE para con los cuatro «díscolos». Sin embargo, los encuentros con el secretario provincial, Miguel Martínez, y con el presidente del Consejo, Ricardo González Saavedra, no han parecido dar sus frutos. «Con esta decisión se vulnera la esencia del sistema democrático y la ética política», destacaba el ya ex alcalde socialista. Esteban aseguraba además que la decisión tomada por la Ejecutiva tendrá un alto precio que le hará pagar el electorado. «No por mí, sino por el contubernio que se ha demostrado hay en el Consejo», lamentó. Asimismo, los ya miembros del Grupo Mixto creen que la postura que han tomado es la más acertada. «Estaríamos en una permanente desazón porque no podríamos respetar la disciplina de voto; a partir de ahora nos manifestaremos en libertad», declararon. Asimismo, aseguraron contar con el apoyo de todo su equipo de gobierno y afirmaron que para los próximos cuatro años su compromiso esencial es para los ciudadanos de los municipios que presiden. Jesús Esteban, que aseguró no estar preocupado por el posible acta de expulsión del PSOE, tuvo palabras de agradecimiento para el secretario provincial, Miguel Martínez, y para Antonio Canedo, de quienes alabó la lealtad que habían tenido en las negociaciones. Asimismo, aseguró que era un día triste -»soy profundamente socialista»-, pero que lo veía como una vuelta a sus orígenes políticos. Además, lanzó un dardo final a Saavedra, al asegurar que se siente absolutamente apoyado por la mayoría de los consejeros socialistas.