Canedo y Martínez pierden apoyos al no ver con malos ojos la posible vuelta de los críticos
La puerta abierta a Esteban enfrenta a Ponferrada con la dirección del PSOE
La agrupación ponferradina, el alcalde de Igüeña y Saavedra creen que no hay marcha atrás
Cuando el pasado martes el secretario provincial del PSOE, Miguel Martínez, advertía que la puerta del partido seguiría estando abierta a un hipotético regreso del grupo crítico que se ha pasado al Grupo Mixto en el Consejo Comarcal -los alcaldes de Bembibre, Barjas y Carucedo y el edil bembibrense Ivo García- un murmullo de desaprobación recorrió -y se pudo oír perfectamente- el salón del Hotel Ponferrada Plaza donde se celebraba la rueda de prensa. Era el síntoma evidente de que no todo el mundo dentro del PSOE berciano comulga con esa posible vuelta ni con las excesivas «indulgencias» que, en opinión de algunos, se están teniendo con el cuarteto disidente. Ayer, este periódico pulsó la opinión de varios representantes del PSOE berciano y pudo constatar que las diferencias respecto a esta cuestión son muy claras. Por un lado, un amplio grupo de consejeros y cargos públicos, cercanos a las tesis de la dirección provincial y comarcal del partido, que lideran Miguel Martínez y Antonio Canedo, no ven con malos ojos la posible vuelta del grupo crítico siempre y cuando asuman que la actual estructura del Consejo Comarcal no va a sufrir variación alguna. Este sector cree que el partido no puede permitirse la pérdida de tres ayuntamientos en la comarca y que una vez que ha quedado claro que el Consejo seguirá inalterable no es descabellado continuar las conversaciones para una posible vuelta dentro de algunos meses. «En todo este asunto ha quedado de manifiesto que el PSOE ha cerrado filas en torno al Consejo Comarcal y que no se admiten imposiciones de nadie. El tema está cerrado, hay que pasar página pero la puerta sigue estando abierta», aseguran los representantes de esta corriente. En su opinión, no sería descabellado asistir dentro de algunos meses al regreso a la disciplina socialista de los disidentes una vez que el «culebrón» haya perdido fuerza y presencia en los medios de comunicación. «Esclavos» de sus palabras El propio secretario provincial indicó el pasado martes que si este asunto se hubiese ventilado interiormente, la solución hubiese sido más sencilla. Para Miguel Martínez, Esteban y su grupo son ahora «esclavos» de sus palabras y por tanto la vuelta atrás en este momento es complicada. Además, indican que el rechazo del grupo de Ponferrada obedece a la buena «sintonía» de Jesús Esteban con el sector del socialismo berciano que controla el histórico militante y antiguo senador, Conrado Alonso Buitrón; enemigo declarado como es notorio de Charo Velasco y su grupo. «A Esteban no le perdonarán nunca que se aliase con la gente cercana a Conrado», sentencian. Enfrente, con una percepción diametralmente opuesta, se sitúan principalmente los representantes del PSOE de Ponferrada, el alcalde Igüeña y presidente de Armi, Laudino García, e incluso el presidente del Consejo Comarcal, Ricardo González Saavedra. Este grupo considera que los hechos protagonizados por los críticos son «tan graves» que, según contemplan los estatutos del partido, deben ser expulsados de forma inmediata. «Y eso no es un tema de opiniones personales, es de orden interno y lo marcan así los estatutos federales. Esta gente se han echado ellos solos del partido y después de su marcha al Grupo Mixto ya no hay vuelta atrás», significaron. Además, advierten que lo ocurrido en el Consejo Comarcal es igual a lo sucedido en Madrid con los tránsfugas Tamayo y Sáez. Incluso, retrociendo más en el tiempo, recuerdan que es un caso igual a lo que pasó con tres ex ediles del PSOE en Ponferrada, Reiner Cortés -hoy concejal de Acción Social del PP-, José Luis Iglesias y Yolanda Álvarez Juan, que fueron apartados de las filas socialistas cuando se fueron al Grupo Mixto. «Con los críticos ya no caben negociaciones de ningún tipo», sentenciaron. «Paños calientes» Desde este lado también se apunta que la dirección del partido tal vez sea partidaria en estos momentos de «poner paños calientes» para no mover más este polémico asunto pensando en la proximidad de las elecciones generales de marzo y en que pueda afectar de forma negativa a la carrera de José Luis Rodríguez Zapatero por la presidencia del Gobierno.