«Ricardo tenía orden de anular las dedicaciones»

Jesús Esteban sonríe cuando se comenta delante de él que ha perdido el órdago que lanzó al partido después del verano, una vez conformado el Consejo. Es consciente de que en unos meses su expediente podría haber finalizado en su expulsión, pero sigue manteniendo que con él se ha cometido una ilegalidad política. -¿Cómo se siente el día después de pasar al Grupo Mixto? -No existe ninguna sensación especial. Era una decisión tan meditada y tan prolongada en el tiempo, que la asumo plenamente. Eso sí, con tristeza, resignación y decepción, porque no estamos en el mejor escenario posible. El expediente disciplinario y la expulsión también fueron asumidos desde que tomé esta decisión, con lo que no me afecta especialmente. -¿Qué cosas le prometió el secretario provincial que luego no se cumplieron? -De Miguel siempre percibí voluntad integradora y flexibilidad en la negociación, pero ha tenido las manos atadas. Se trataba de elegir entre que cuatro consejeros, tres de ellos alcaldes, se pasaran al Mixto, o que se derrumbaran sus más directos apoyos políticos en la comarca, entre ellos Saavedra. El convencimiento de que no se cumplirían las promesas se produce cuando Ricardo González Saavedra viaja a Valladolid para reunirse con el consejero de Presidencia, Alfonso Fernández Mañueco. Se me garantizó que al regreso de aquel encuentro, Saavedra haría una declaración pública renunciando a las dedicaciones exclusivas que no tuvieran soporte presupuestario. Desde luego, lo que no estaba previsto es que Mañueco hiciera las dedicaciones que hizo, repudiando de manera reiterada las dedicaciones; con lo que para el presidente del Consejo habría resultado mucho más fácil hacer las declaraciones que le habían instado hacer desde el partido. Sorprendentemente, lo que dijo fue que con el dinero del Consejo haría lo que quisiera. Comprendí entonces que se había perdido la última oportunidad. -¿Cree que su ejemplo puede ser seguido por otros consejeros del PSOE? -En el spring final de las negociaciones con el partido y, sobre todo, desde que tomó las riendas Antonio Canedo, el alcalde de Camponaraya, me consta que éste pulsó la opinión de todos los consejeros respecto a su deseo de reintegrarme al grupo socialista. Según tengo entendido, el criterio mayoritario era favorable a mí. Pero eso sólo expresa un deseo. No puedo calibrar si pueden producirse más cambios. -¿Tiene la esperanza de volver al PSOE? -Yo fui el primero en decir que los cuatro disidentes dejábamos la puerta abierta. Nuestra postura no es intransigente, sino revocable. Nos sentimos socialistas con un problema de carácter metodológico, pero sin diferencias ideológicas o estratégicas. Si se produce el reajuste necesario en la estructura del Consejo y ejercemos seriamente la mayoría absoluta que tenemos, sin contubernios, pueden contar con nosotros. Mientras se siga así, ya tienen un interlocutor válido: Fátima López Placer. -¿Cree que finalmente se les expulsará? -Evidentemente. También creo que será una expulsión injusta porque quien vulnera los principios de la democracia y el socialismo no soy yo. -¿Tendría el PP que tomar las riendas del Consejo? -Lo que es indiscutible es que Savedra cuenta con once apoyos seguros en el PP, que no le plantean ningún problema, ni político ni de conciencia. Se le hincha la boca diciendo que va a gobernar en minoría, pero es falso. Tendría que ceder el gobierno al PP, que tiene dos consejeros más que el PSOE. Eso es lo que se llama en política gobernar en minoría: el gobierno de la mayoría relativa. Esa oferta no se le hace al PP porque hay un compromiso previo de que cualesquiera que sean las condiciones, el gobierno le corresponde al PSOE. En el pacto, ya entraba que Jesús Esteban y alguno más pudiera descolgarse. Por eso mismo, Fátima López Placer no puso candidato el día del pleno de conformación. De haberlo puesto, ahora tendría que asumir el gobierno del Consejo, lo que demuestra el pacto una vez más.