Buzos de la Guardia Civil buscan en el pantano al vecino desaparecido el día 6

Un equipo de buceadores del Grupo Especial de Operaciones Subactuáticas (Geas) de la Guardia Civil comenzó a rastrear ayer el pantano de Bárcena en busca del vecino de San Andrés de Montejos (Ponferrada) desaparecido el pasado sábado. Después de cuatro días sin tener noticias de Augusto Fernández Núñez, de 50 años y en tratamiento psiquiátrico, la niebla obstaculizó ayer las labores de búsqueda emprendidas por las fuerzas de seguridad -Policía Nacional, Policía Municipal de Ponferrada y Guardia Civil- con el apoyo de vecinos de la pedanía de San Andrés. Los Geas se desplazaron desde León para iniciar una tarea que puede prolongarse varios días si no aparecen nuevos indicios del desaparecido. El hallazgo el pasado martes, a escasos cincuenta metros de la orilla del pantano, de las ropas que vestía Augusto Fernández en el momento de su desaparición y la búsqueda infructuosa en los alrededores de San Andrés, de Bárcena y Cubillos, ya llevó a los vecinos a solicitar la presencia de los Geas de la Guardia Civil para rastrear el fondo del embalse. Augusto Fernández Núñez, soltero de complexión gruesa, de 1,70 metros de altura, pelo castaño canoso, barba y bigote, ya había abandonado las botas y los calcetines en las inmediaciones del cementerio de San Andrés de Montejos. Posteriormente, se despojó también de toda su ropa en un pinar próximo a una zona recreativa del pantano, aunque se desconoce si lo hizo la misma noche de su desaparición, el pasado sábado. «La ropa no estaba demasiado húmeda, y en estos días ha llovido», aseguraba ayer, manteniendo la esperanza, la pedánea de San Andrés, Ana Isabel Cuenlla, que ha coordinado a los voluntarios vecinales. Augusto Fernández había estado viendo el partido de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona en un bar de la localidad donde reside con sus padres, pero en lugar de regresar a casa al término del encuentro, se encaminó hacia el cementerio. Hace dos años, Augusto Fernández también había permanecido un día en paradero desconocido. Entonces lo encontró un pastor, descalzo y con los pies desollados, en las inmediaciones de la carretera que une la central térmica de Compostilla con el pantano de Bárcena.