La vaca del Belén viviente pare un ternero por segundo año

El popular Belén viviente de Cacabelos es, desde ayer, un poco más viviente si cabe. La vaca que forma parte del nacimiento, un animal de enorme tamaño y de intenso color negro, parió en la madrugada de ayer por segundo año consecutivo un simpático ternero de color tostado. La vaca, de nombre Mora, dio a luz en pasada madrugada, en mitad de una fuerte helada, y entre la paja colocada en el improvisado pesebre. El pequeño jato se encuentra perfectamente junto a su protectora madre en una cuadra situada justo al lado del portal donde San José y la virgen velan al Niño Jesús. El dueño de la vaca, Carlos Rodríguez Alba, aseguró que el hecho de que la vaca volviese a parir este año por las mismas fechas no es una situación extraordinaria, ya que era lo más normal dado su avanzado estado de gestación. «Esperábamos que fuera por estas fechas, aunque sí puede decirse que es una coincidencia; lo que sería un milagro es que la vaca no estuviera preñada, pero esperábamos un ternero de esta vaca», dijo el ganadero, quien no obstante esperaba que el feliz alumbramiento se hubiese producido un poco antes, concretamente para el día de Nochebuena. Carlos Rodríguez adelantó, sin embargo, que este será el último año que lleve la vaca al popular Belén viviente de Cacabelos, puesto que ha decidido dejar ya la explotación ganadera y lechera. El año pasado, el ternero que parió esta misma vaca fue bautizado con el nombre de «Jesusín», en conmemoración del nacimiento del Señor. Al nacido este año lo bautizaron como «Esteban», puesto que se trata del nombre del santo del día de su nacimiento. El nacimiento del ternerillo fue recibido con la lógica alegría por los vecinos de Cacabelos, especialmente por los más pequeños, que acudieron a contemplar al pequeño animal que estuvo en todo momento al lado de su madre para soportar el intenso frío.