El grupo antisida pide a la Fiscalía que actúe contra la dirección del Navaliegos

Indignados por la oposición de la dirección y la asociación de padres del colegio Navaliegos a la cesión de una antigua vivienda del profesorado como sede, la asociación Caracol de apoyo a enfermos de VIH positivo instó ayer de forma pública a la Fiscalía a que intervenga por considerar que el colectivo está siendo víctima de un delito contra los derechos humanos. La asociación Caracol, que ha dirigido cartas de protesta a los responsables del Plan Nacional contra el Sida y su equivalente en Castilla y León, también anunció que pedirán a las autoridades educativas provinciales que sancionen o amonesten a la directora del centro, que según el portavoz del grupo antisida, Juan Manuel Rego, esgrimió el argumento de un posible contagio para justificar el rechazo de los padres al traslado de Caracol. «Es inaceptable, porque el VIH no se contagia, se transmite por vía sanguínea o sexual, y en lugar de educar en valores de tolerancia están fomentando actitudes discriminatorias en los niños», se quejó ayer Rego, después de insistir en que Caracol está sufriendo una clara discriminación que atenta contra el derecho a la igualdad. «Se nos está aislando socialmente, se nos está arrinconando y parece que tengamos que irnos al Pajariel», manifestó Rego, aludiendo al rechazo de los vecinos del inmueble donde tienen su actual sede, que deberán abandonar. Los responsables de Caracol entienden que la reunión convocada días atrás con la dirección y los padres del colegio para explicarles en qué consiste la labora de la asociación ya estaba encaminada al fracaso. «Ya venían predispuestos». La dirección aseguró entonces que temía una caída del número de matrículas si aceptaba la cesión de la antigua casa del maestro. Los padres no consideraron adecuado que enfermos de VIH estén cerca de los escolares y la Concejalía de Bienestar Social buscará ahora un nuevo local. A Rego no le parece exagerado hablar de la necesidad de que la Fiscalía intervenga contra la dirección del colegio Navaliegos. «Esas actitudes hay que cortarlas de raíz para que no se repitan».