Piden el archivo de la denuncia contra una disminuida pirómana

Dos años y medio después del incendio, la Asociación de Profesionales Forestales de Castilla y León (Profor-Forescal) ha solicitado el archivo de la causa penal abierta contra la única acusada de propagar las llamas que el marzo del 2002 afectaron a un paraje de la localidad de Hornija, próxima a Corullón. La razón; la deficiencia intelectual que padece la autora confesa del incendio la convierte en ininputable penal. El Ministerio Foscal, por el contrario, mantiene que la acusada debe ser juzgada. No es la primera vez que una persona con algún tipo de minusvalía intelectual es juzgada por provocar un incendio forestal. De hecho, Profor viene señalando que la mano de personas con sus facultades mentales disminuidas o enfermos de alcoholismo está detrás de algunos de los incendios que se producen en la comarca y que una «falsa compasión» las ampara en algunos de los pueblos donde residen. Ocho de ellos han pasado por los juzgados por causar incendios en el Bierzo y La Cabrera. Y el más notorio de ellos ha sido el caso de un vecino de Igüeña que el pasado mes de enero era condenado por la Audiencia Provincial a pagar 758.000 euros y a una pena de cárcel de 18 meses y otros 18 meses de internamiento en un centro especializado, por provocar un fuego que acabó quemando 400 hectáreas. Dos años de instrucción El caso de la mujer de Hornija, que apacentaba un rebaño junto con otra pastora de la localidad cuando prendió el fuego, es diferente y no sólo porque la superficie quemada sea menor y apenas superara las 10 hectáreas. Después de dos años de instrucción en el juzgado número cuatro de Ponferrada, Profor, que se presenta como acusación popular, ha decidido solicitar el archivo de la vía penal al comprobar que la autora del fuego está declarada incapaz mediante sentencia judicial. El bajo nivel intelectivo del incendiario de Igüeña, por el contrario, no le impedía comprender «lo ilícito de algunas acciones elementales», como prender fuego el monte, había señalado la Audiencia. La vecina de Hornija había reconocido en el juzgado que el 27 de marzo del 2002 prendió fuego para limpiar un prado, y que trató de apagarlo cuando las llamas se descontrolaron. El informe forense ha dejado claro que la acusada , de 45 años de edad, «goza de bastante autonomía para desenvolverse en su hábitat», pero «sus características físicas hacen que sus actos sean impulsivos, irreflexivos, tendiendo a la imitación de lo que ve hacer a otros». La conclusión final es que la autora del fuego «presenta una deficiencia mental moderada, que le impide conocer el alcalde de sus actos de forma adecuada». Lo único que le quedaría por hacer la Junta, en caso de archivo de la causa, es reclamar por la vía civil los gastos derivados de la extinción.