Diario de León

| Entrevista | César Garnelo |

«La reserva estratégica del carbón nos corresponde casi en exclusiva»

El responsable de la Corporación para el Desarrollo del Bierzo advierte de que las cuencas nunca volverán a ser lo que fueron y la térmica de Compostilla desaparecerá a largo plazo

César Garnelo, ayer durante la entrevista que concedió a este periódico

César Garnelo, ayer durante la entrevista que concedió a este periódico

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Carlos Fidalgo - ponferrada
Ponferrada

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Presidente de la Corporación para el Desarrollo Económico del Bierzo, una sociedad nacida para impulsar alternativas al declive del carbón, y ex concejal en Ponferrada, a César Garnelo le avala su experiencia política y empresarial para emitir un diagnóstico sobre el futuro del Bierzo. -Le voy a pedir que nos haga una radiografía de la situación económica de la comarca, en un momento en que el carbón no termina de agonizar. -No es que no termine de agonizar, es que vuelve a estar pendiente de una decisión importante; la de definir la reserva estratégica, que va a decidir cual es el carbón que se conserva en el futuro posterior al 2005 y sobre todo, más allá del 2007. Es fundamental porque va a definir las decisiones empresariales de quienes todavía permanecen en el sector. El carbón está condenado, por su situación de permanente reestructuración, a estar en el candelero de la agonía de la comarca. -¿Hay motivos para ser optimista? -Hay que ser optimista en el sentido de que, sea cuál sea la reserva estratégica, que evidentemente no va a ser ni con mucho la minería del carbón en nuestra zona, probablemente, nuestra zona sea la que esté mejor preparada para aparecer en esa reserva y para copar la mayor parte del conjunto de la reserva estratégica nacional. Las decisiones políticas no las puedo saber, pero quiero ser optimista en cuanto a que se bascule la mayor parte de tonelaje de la reserva estratégica hacia las producciones más rentables, que son las nuestras. Pero no descarto la posibilidad de que el peso político de determinadas producciones nacionales que todavía quedan nos limen una parte de esas reserva estratégica que en justicia nos correspondería casi en exclusiva. -¿Ve despobladas las cuencas? -Las cuencas mineras nunca van a volver a recuperar la situación que tenían en la época en la que el carbón funcionaba normalmente, que ya casi ni recordamos, porque el carbón lleva en crisis y en reestructuración desde hace quince años. Un proceso de reindustrialización minera nunca se puede plantear en exclusiva en las propias comarcas mineras. Hay que plantearlo en las zonas próximas también, de forma que se abra un abanico amplio para que la inversión empresarial se sienta atraída. A determinados puntos que para una explotación minera son válidos es muy difícil atraer inversiones que dependen de puntos de comunicación, de la producción de determinadas materias primas o de industrias auxiliares que no suelen estar en las comarcas mineras. Hay que ser más flexible, como se ha hecho en el Plan del Carbón, y admitir que el hecho de que se produzca una creación de un tejido industrial alternativo en Ponferrada o en Bembibre, o en el eje de las vías de comunicación que hoy tenemos en el Bierzo, vale para sustituir la anterior industria, aunque esto duela en las comarcas mineras y en los pueblos propiamente mineros. Si esas comunicaciones se completan como se está haciendo con los fondos del Plan del Carbón con un buena comunicación con los las localidades mineras, no hay ninguna razón para que los trabajadores puedan seguir viviendo donde residían antes y se desplacen a trabajar a Ponferrada o a Bembibre o donde se está creando la industria alternativa. -Esa industria alternativa sigue estando relacionada con la energía, como el sector eólico, aunque haya muchos que piensan que es un globo inflado. -No tiene porque ser un globo inflado. El sector eólico es una fuente de energía renovable que tiene posibilidades. En el Bierzo ha servido para crear una línea de actuación industrial alternativa al sector carbonero. Me parece fantástico. Nosotros, desde que se hicieron los primeros estudios, siempre hemos defendido que las potencialidades de la comarca se orientaban a las industrias de transformación agroalimentaria, la agricultura modernizada y al turismo. Y hemos encontrado un potencial de un sector industrial alternativo al que teníamos y ojalá que dure mucho tiempo y sirva para convertir a nuestra comarca en una zona de fuerte implantación eólica. Los compromisos adquiridos por la Unión Europea para sustituir las fuentes de energía primarias derivadas de los combustibles fósiles por energías alternativas de aquí a los próximos 15 años son lo suficientemente importantes como para no tener que pensar que la energía eólica pueda ser un globo que se vaya a desinflar. Lo lógico es que se aproveche al máximo y se controle para que no se llene toda nuestra geografía de torretas eólicas, pero que se instalen en sitios adecuados y lleguen a tener un peso importante en la generación energética. -¿Los parques eólicos no son contraproducentes con el turismo? -Lo son si metemos un parque eólico en Los Ancares o en los Picos de Europa. Si está fuera de esas localizaciones, no es que estéticamente sea una cosa maravillosa, pero no es necesariamente incompatible con el desarrollo turístico. -¿Se imagina un paisaje económico en el Bierzo sin la central de Compostilla? -Me imagino un paisaje económico sin Compostilla. No creo que vaya a desaparecer en un periodo de tiempo breve. Es una instalación con muchas posibilidades todavía. Que alguno de sus grupos haya agotado su vida útil no significa que el conjunto de la central se vaya a perder. Me imagino un futuro sin ella. En el momento en el que se haya amortizado y quedado obsoleta acabará desapareciendo y no hay razón para que no sea sustituida, o bien por otra instalación de producción de energía, de ciclo combinado o, a cincuenta años vista, de fusión, si se consolida como energía de futuro. -¿Hacia qué proyectos se orienta ahora la Corporación? -La Corporación tiene una experiencia de apoyo a proyectos de industrialización en el Bierzo, que me atrevería a calificar de no demasiado satisfactoria. No se ha producido a través de ella una demanda excesiva de inversores y el único proyecto en el que hemos participado ajustado al objeto social inicial es el de Inoxidables del Noroeste, promovido por la Corporación, que buscó los emprendedores. En ese aspecto no estoy verdaderamente satisfecho de la actuación de la Corporación. Estoy satisfecho en la alternativa de apoyar al sector agroalimentario. En el turismo, la falta de profesionalidad está retrasando los logros, aunque también se ha conseguido asociar a los empresarios del sector. Nos hubiera gustado haber puesto en el mercado un producto como Inoxidables cada dos o tres años.

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