El vertido de una bodega causó la mortandad de peces que sufrió el río Cúa

El único atestado instruido en su totalidad por los agentes del Seprona del Bierzo el pasado año y motivado por una infracción de carácter penal fue el de la denuncia por el vertido que a finales del verano causó una mortandad de truchas en el río Cúa. La investigación se cerró después de comprobar que la causa de la muerte de los peces se debía a un vertido de sosa caústica de las cubas de una bodega, aguas arriba de Cacabelos. Al margen del atestado, el balance de la actividad de las patrullas de Ponferrada y Fabero revela la diversidad de cometidos de los miembros del Seprona. Los agentes formularon cinco denuncias por infracciones a la Ley de Protección de la Flora y la Fauna Silvestre, cuatro por la Ley de Urbanismo, una por Telecomunicaciones, ocho de Seguridad Vial, 21 por la Ley de Prevención Ambiental, 13 sobre Apicultura, dos por venta ambulante, dos incumplir la Ley de Seguridad Ciudadana y tres por incumplir el Reglamento de Transportes.