Diario de León
Publicado por
JORGE VILLA
León

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EL SURREALISMO ha vuelto. La moda de lo irracional mezclada con un negrísimo sentido del humor invade toda la orbe pero, como siempre, obviando a los nuestros por muchos que sean sus méritos. Aparece en los papeles y ondas que George Bush y Tony Blair podrían conseguir el premio Nobel de la Paz por su abnegada lucha contra el terrorismo y por erradicar el mal y a los demonios coloraos del ex reino Hussein. Su lucha contra los países y terroristas que poseen armas de destrucción masiva les podría hacer merecedores de ello ¡Qué injusticia! Tanta albricia para estos quijotes visionarios del mundo anglosajón y nada para su fiel y castizo Sancho Panza. Nada para ese escudero implacable con bigotito que ante la evidencia de que Sadam jamás tuvo armamento químico ni de destrucción masiva, se ata bien los machos y se lanza a defender a sus mayores. Ahí todo flamenco, ante una sesión conjunta de Congreso y Senado americano, defiende el comportamiento de su hermano mayor, Mr. George, y el suyo propio. En España no hay problema ni resulta menester excusarse o por lo menos sugerir error, que para eso están sus secuaces, para espetar el muy ibérico donde dije digo digo Diego. Porque el país que le entronizó, aquél que le votó parece no importarle ya y su altura política le impide rebajarse a parlamentar con ellos. Lo suyo está en otro lugar que sólo los visionarios adivinan y que uno que es un poco tonto atribuye a una cuarta dimensión. Y la verdad no lo entiendo. Tanto partirse la cara por sus amigos Blair y Bush, tanto apoyar una guerra que se pasó por el forro a las Naciones Unidas, que le puso en contra de la Unión Europea, en contra de muchos de los ciudadanos que le votaron, que supuso la muerte de miles de inocentes, españoles incluídos, tanto defender el concepto que origina toda dictadura y fascismo: guerra preventiva. Tanto luchar por los demás como sólo ante el peligro y ahora, cuando podría llegar el surrealista turno de las flores para los vencedores, ni si quiera se acuerdan de él. Como español y patriota, me niego a que nuestro presidente no reciba el mismo trato que sus colegas británico y yankee. Que le nominen al Nobel de la Paz y si no, desde aquí, el Bierzo propongo que nos inventemos uno de tanto rango o mejor y se lo entreguemos a modo de óbolo o presente. Creemos el botillo de Oro para nuestro gran estadista. Pintémonos el ojo, coloquémonos nuestra mejor falda de tubo y premiemoslé por todos sus actos.

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