El PSOE acusa al alcalde de favorecer a una firma de la que es apoderado
El secretario de la agrupación socialista de Carracedelo, Oscar Garnelo, volvió a cargar ayer contra la gestión municipal del alcalde, Raúl Valcarce, tildándola sin rodeos de «corrupta». En esta ocasión, Garnelo acusó a Valcarce de beneficiar a una empresa perteneciente al grupo Begar -Señorío de Valcarce- de la que él es apoderado, adjudicándole el contrato de limpieza de locales públicos por importe de unos 36.000 euros. «No es de recibo que Raún Valcarce decida la adjudicación de una obra a una empresa de la que él cobra», manifestó el secretario del PSOE, que apuntó además que la adjudicación se hizo por el sistema de «plica única». En su opinión, la situación del Ayuntamiento de Carracedelo está llegando ya unos extremos delirantes. Tanto, que la dirección del PP debería tomar cartas en el asunto. «Especímenes de este tipo no pueden realizar labores municipales de cara a la ciudadanía. Su partido lo debería depurar». El único camino que, a juicio de Garnelo, le queda al alcalde de Carracedelo es dimitir, delegar la Alcaldía en otra persona sin intereses empresariales y rendir cuentas de su «nefasta» gestión al frente del Ayuntamiento. «La política del PP en Carracedelo y del alcalde es la del negocio particular, de los amiguetes y de hinchar las arcas de cada uno», sentenció. Además de esta denuncia, Oscar Garnelo reprochó la escasa actividad del centro de innovación agroalimentaria que funciona en el área temática conocida como El Oro de Roma. «De momento sólo sirve para dar comidas y para hacer pases de modelos», manifestó para añadir que no entiende como la Junta de Castilla y León ha podido conceder ayudas millonarias a un centro de estas características. Además, denunció también que la gestión de este establecimiento se hizo por el sistema de plica única «a un amigo del alcalde». Garnelo Quindós, asimismo, denunció que la factoría de Cupire que se instaló en Carracedelo hace tiempo no tiene apenas actividad y que se han incumplidobuena parte de los acuerdos para su desembarco. «Los 16 empleos previstos se han quedado en doce», advirtió. Por último retó a Valcarce y a quienes le apoyan a interponer las querellas con las que le habían amenazado. «Sigo esperando», dijo.