Vinos blancos de renombre Caldos con «clase y elegancia» Anievas cree «infame» comparar su baja maternal con la del alcalde

Desde las administraciones se han venido defendiendo aquellas variedades blancas o tintas que se consideran autóctonas de una zona. Más concretamente el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo contempla en su reglamento la elaboración de vinos blancos a partir de Godello, Doña Blanca y Palomino entre otras. Los vinos más conocidos bajo denominación, son los elaborados a partir del Godello, sin embargo es una variedad no exclusiva de nuestra comarca también se da en Valdeorras y a juicio de la crítica especializada, con mejores frutos que en el Bierzo. Existen otras variedades blancas, no acogidas a denominación y que sin embargo llevan muchos años implantadas en el paisaje, cuando aún no existía una burocracia tan estricta, estamos hablando de las variedades foráneas blancas Gewürztramminer cuyo origen es la Alsacia francesa aunque también se da en Alemania y la Chardonnay que tiene su origen en la zona vinícola francesa de la Borgoña, son las variedades foráneas blancas más destacadas, aunque también se está trabajando con la preciada variedad alemana Riesling de manera experimental. A diferencia de las variedades foráneas tintas, Merlot, Cabernet Sauvignon y Syrah que se plantean como mejorantes de la variedad emblemática del Bierzo, de la Mencía, sin haber investigado mucho más allá de ésta, los vinos elaborados de variedades foráneas blancas llevan mucho ofreciendo satisfacciones a los paladares más exigentes desde hace tiempo. Son dos las bodegas bercianas que más experiencia tienen en el trabajo con estas variedades, por un lado, la bodega cacabelense de Luna Beberide, propietaria de algunos de los viñedos más antiguos de Gewürtztraminer de España, fueron plantados en su origen por la familia Luna para distinguirse de alguna manera de la mediocridad reinante en la zona durante los años ochenta, el público acogió bien estos vinos en el mercado local. La variedad se adaptado perfectamente a la climatológica de la zona por ser similar a los de la zona francesa originaria. Actualmente cuentan con dos vinos elaborados a partir de variedades foráneas blancas el «LB» procedente de traminer en su totalidad y el conocido «Viña Aralia». Por otro lado la bodega familiar Castro Ventosa ubicada en Valtuille de Abajo, a cargo de la cual se encuentra Raúl Pérez Pereira también lleva años trabajando con algunas variedades foráneas, tal y como dice su propietario él heredo unas pocas hectáreas de Traminer y Chardonnay y no tuvo otra opción que trabajar con ellas hasta lograr vinos como los que actualmente están en el mercado, los «Airola», Chardonnay fermentado en barrica y Gewürztraminer criado sobre lias, muy valorados por la crítica especializada. Los vinos «Airola» y Gewürztraminer han sido reconocidos por la crítica especializada como blancos con clase y elegancia. A pesar de los premios y menciones que reciben sus vinos y su trabajo a Raúl no le gusta hablar sobre su labor, es un enólogo inquieto y concienzudo, al que le gusta viajar y conocer nuevas variedades y nuevas formas de elaborar, que asimila y aplica en su trabajo. En su opinión, cualquier variedad foránea sería susceptible de plantarse en el Bierzo, por la climatología favorable de la zona y su orografía, siempre y cuando tengamos un patrón de referencia, para él las variedades francesas. Cuando hablamos de variedades foráneas y de puristas y defensores del monovarietal se plantea varias preguntas: ¿Es el origen geográfico algo superfluo en las características intrínsecas de un vino?, ¿ Es el terroir una palabra que forma parte de la demagogia de ciertos comerciantes, críticos e incluso productores, arrastrados ahora por un consumo más grunch y la afinidad de esta noble bebida a clases más elevadas?. Pensar que estas respuestas fuesen ciertas genera en mi interior un estado bastante autodefraudable, ya que una de las cosas que consiguen entusiasmarme del vino es su capacidad para mostrar su maleabilidad. La presidenta de la junta local del Partido Popular de Cacabelos y concejala en el Ayuntamiento, Beatriz Anievas calificó ayer de «infames» las acusaciones vertidas contra ella por el segundo teniente de alcalde en la villa del Cúa, el socialista José Manuel Sánchez que aseguró que ella, al igual que el actual alcalde, también acudía al consistorio para desempeñar sus funciones estando en situación de baja laboral. Beatriz Anievas matizó que, de junio del año 2000 al mes de septiembre, ella disfrutó de una baja por maternidad que es un derecho de toda mujer trabajadora de poder estar con su hijo y disfrutar de él, durante sus primeros meses de vida. «Hay que ser muy infames para comparar una situación y otra. Yo no estaba incapacitada para el trabajo, yo disfrutaba del derecho de cualquier madre de estar con su hijo. Es verdad, que en alguna ocasión, entre toma y toma de mi hijo yo fui al Ayuntamiento para algún papeleo, pero en aquel momento yo no tenía ninguna responsabilidad de gestión ya que era la concejala de Cultura y de aquella el teniente de alcalde era otra persona», esgrimió Anievas. Además, la concejala popular también quiso recalcar que la situación por la que pasa ahora el alcalde de Cacabelos, el socialista Sergio Santín es totalmente distinta ya que él está de baja laboral, después de alegar que no estaba capacitado para desempeñar sus funciones en el consistorio cacabelense. Beatriz Anievas también insistió en que mientras tuvo responsabili dades de gestión en el Ayuntamiento, no disfrutó ni siquiera de las vacaciones que legalmente le correspondían.