Piden la expulsión de Rellán de la UGT por desasistir a trece mineros de Fabero

José Félix López Fontanes, afiliado de la FIA-UGT y miembro del comité de empresa del grupo Alinos de Uminsa ha denunciado al secretario de Minería de este sindicato, Fernando López Rellán, ante la Comisión de Garantías Federal por desentenderse de la situación de trece mineros de una subcontrata (Dairsa ) empleada en el cielo abierto de la Gran Corta de Fabero que, «bajo amenazas y coacciones» por parte de Uminsa, fueron obligados a firmar la baja voluntaria de sus contratos indefinidos para pasar a otra subcontrata de nueva creación. Los hechos ocurrieron el año pasado y a su juicio son tan graves que requieren la expulsión de Rellán. En la actualidad, cuatro de estos trabajadores están en el paro por haber sido despedidos, entre ellos el que era delegado de UGT en esta subcontrata, Carlos Díez. Sindicalista que, según su testimonio, no tiene bunas relaciones con Rellán. El resto han sido readmitidos en otras subcontratas, pero perdiendo derechos que tenían adquiridos. En la denuncia que presentó ante la Federal, José Félix López, dice textualmente a la hora de referirse a esta situación: «Posteriormente, ante el traslado de otros cuatro compañeros del cielo abierto de Fabero al cielo abierto de Tormaleo, en Asturias, yo acudo otra vez ante Fernando López Rellán, que se desentendió del tema, diciéndome que a él no le compete porque son trabajadores de subcontratas. Yo le digo que no se pueden abandonar y que como sindicato tenemos que apoyarlos. López Rellán se desentiende del problema y de m remite a Manuel Cuadrado, secretario general comarcal de la FIA-UGT». También el secretario berciano Precisamente, la denuncia de este sindicalista también incluye a Cuadrado y a Guillermo Sánchez Sujar, presidente del comité de empresa del grupo Alinos. Además, José Félix López afirma que a causa de su denuncia y por su actitud beligerante en este asunto fue represaliado en su trabajo. En mayo fue trasladado sorpresivamente del cielo abierto de Fabero al lavadero de Alinos. para que, según su testimonio, el jefe de grupo «le bajara los humos». El traslado le ha supuesto tener que ir en su coche al trabajo y una disminución de su salario entre 60 y 80.000 pesetas. «Y todo ello -afirma- con el beneplácito y el visto bueno de López Rellán, Cuadrado y Sujar, para que tuviera que defenderme ante la empresa yo solo».