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Carracedo sazona su cocina con cultura

El «Legado» abre unas jornadas de gastronomía monacal con entrada incluida a Santa María

Los platos del menú fueron presentados ayer por los responsables de las instituciones

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Roberto Arias - carracedelo
León

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El turismo gastronómico y cultural tendrá a lo largo de las próximas semanas una referencia singular en la comarca del Bierzo, el monasterio de Santa María de Carracedo, una joya del patrimonio religioso del año 990, cuya rehabilitación fue inaugurada hace una década por la propia Reina, pero que no parece tan conocido para el gran público como pudiera parecer. Con estos antecendentes, el Legado del Bierzo, un establecimiento hostelero también identificado popularmente como Las Pallozas por sus construcciones, ha puesto en marcha desde ayer hasta el próximo 4 de marzo, las primeras jornadas de cocina medieval. Un acontecimiento gastronómico que estará marcado por el programa de difusión del monasterio que se realizará desde el restaurante, donde los comensales recibirán entradas gratuitas para visitar el impresionante cenobio berciano. Además, en el propio Legado se exponen paneles informativos sobre el monumento y su historia, así como una muestra de acuarelas de la artista María Ángeles Movilla con el entorno de Carracedo como eje central de la misma. En la presentación de las jornadas se dieron cita ayer por la mañana la vicepresidenta del Instituto Leonés de Cultura, Natividad Cordero, el presidente del Patronato Comarcal de Turismo, Valentín Fernández, el coordinador comarcal de la Junta, Fidel Cerezales, y la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Carracedelo, Mari Cruz San Miguel. Todos ellos mostraron su respaldo a la iniciativa gastronómico-cultural del Legado del Bierzo, y expresaron su deseo de que se pueda reeditar en años sucesivos, entonces con mayor respaldo institucional. Simples y sabrosos Por veinte euros, los asistentes a las Jornadas de Cocina Monacal podrán degustar más de una docena de recetas, recopiladas de los menús habituales y más tradicionales de muchas órdenes de la comunidad. Una crema de alubias con codornices para empezar, tal vez un pavo con peras y espinacas al oporto, unos medallones de novillo con setas; o una tarta de manzanas reinetas de las Carmelitas para poner el broche. El gerente del Legado del Bierzo, Javier Fernández, vino a resumir de el espíritu de la carta de este modo: «Son todos platos de la cocina de los monasterios, simples y sabrosos, elaborados con productos de temporada».

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