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Rodeo popular en Toral de Merayo

Un novillo perdido de 700 kilos de peso moviliza a una patrulla de la Guardia Civil y a una veintena de vecinos que, tras hora y media de persecución, lo capturaron a lazo

El animal tuvo que ser sujetado a un árbol para que no se escapase de nuevo

Publicado por
Georgino Fernández/C. Recamán - ponferrada
Ponferrada

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El bar de la plaza de Toral de Merayo retransmitía el domingo por el Canal Plus el partido entre el Atlético de Madrid y el Murcia y más de una veintena de parroquianos -cerveza al alcance de la mano- seguían atentamente las evoluciones de los jugadores de Manzano y del galés Toshack Hasta ahí todo normal; una imagen propia de la jornada futbolera del domingo. Lo que ya no fue normal fue lo sucedido poco después, cuando en medio de la plaza irrumpió un novillo de color castaño, mirada fiera, cornamenta de las de asustar y setecientos kilos de peso. Estaba perdido, posiblemente escapado de una granja, y se encontraba campando a sus anchas por la carretera N-536 de acceso a Villalibre. Un vehículo-patrulla de la Guardia Civil de Tráfico, avisado del riesgo de un accidetne, lo escoltó despacio hasta Toral de Merayo con la intención de encerrarlo en el recinto polideportivo de la plaza, pero el enorme animal tenía otros planes. Y es que al poco de llegar a la plaza inició una alocada carrrera por las calles del pueblo, sin que se pudiera hacer nada por evitarlo. Los vecinos de Toral de Merayo que en esos momentos se encontraban viendo el partido, dejaron de prestar atención a las evoluciones de Torres, Ibagaza y Esnaider y salieron rápidamente del bar para ayudar a los agentes de la Benemérita que intentaban infructuosamente dar caza al novillo antes de que su huida embistiese a algna persona. Cada vez más nervioso, la res se dirigió a las afueras del pueblo obligando a la Guardia Civil y a los vecinos a utilizar linternas en su alocada persecución. «Nos dio mucha lata y la verdad es que acabó haciéndonos sudar con tanto ajetreo y con tanta carrera de aquí para allá», manifestó una de las personas que participaron en la caza nocturna. Varios vecinos fueron a sus casas a por cordeles para hacer unos improvisados lazos con los que finalmente pudieron controlar al novillo, tras sujetarle fuertemente la cabeza por los cuernos. Con mucho cuidado porque una embestida podría ser muy peligroso, lo ataron a un árbol en una finca situada en las afueras del pueblo a la espera de que apareciese el dueño del animal. En la jornada de ayer, todavía no lo había reclamado nadie. No obstante, los agentes de la Guardia Civil tomaron buena nota de las identificaciones que llevaba en el crotal de una de sus orejas, por lo que se espera determinar su procedencia rápidamente. En cualquier caso, también se ha notificado lo sucedido a los servicios veterinarios de la Junta de Castilla y León en Ponferrada por si fuese necesario sacrificarlo.

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