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Publicado por
JOSÉ ÁLVAREZ DE PAZ
León

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ESCRIBO CON el pensamiento en la tragedia del 11-M. Escribo desde El Bierzo, quizá la comarca más mestiza de nuestra Comunidad Autónoma, donde ayer pude comprobar que hay ciudadanos que identifican islamismo con terrorismo. Escribo, pues, pensando en que es nuestro deber evitar las posibles consecuencias de ese pensamiento, nacido de la ignorancia o la visceralidad, para el medio millón de musulmanes que residen en España,cuyo portavoz en sus relaciones con el Estado es la Comisión islámica de España, la mayoría de ellos seguidores de esa religión cuya fé reconoce cuatro Escrituras sagradas, la ley de Moisés, los salmos de David, el Evangelio y el Corán. El Corán, donde se escribe la palabra «razón» 44 veces, sólo 6 veces la palabra « sagrado», se enseña que «nada de coacción en religión» ( 2,256) y «no hagais dioses de nada»- Nada que ver con el imán de Fuengirola, seguramente próximo al islam que interpreta de forma legalista y formalista el Corán, olvidando que «la letra mata». Deberíamos superar muchos tópicos y prejuicios sobre los musulmanes, que vivieron ocho siglos con nosotros y que en el año 2020 serán, previsiblemente, 2800 millones en este planeta, divididos en 73 sectas o corrientes que interpretan de forma diferente el Corán, de forma tolerante o sectaria, como pasa también en el mundo cristiano. Conviene saber que la palabra «islam» proviene de la raíz semítica «slm», que significa paz y prosperidad, que se organizan políticamente en regímenes que van desde las repúblicas constitucionales o estados laicos, ultraconservadores, islámico-cristianos o modernistas. En general, esos estados se debaten entre la miseria y el subdesarrollo, sin dominar las ciencias fundamentales y tecnológicas No basta el derecho internacional, tal como ahora se concibe , para lograr el entendimiento entre musulmanes y cristianos, aunque son primos hermanos, hace falta un nuevo orden mundial dispuesto a un combate serio contra la pobreza. Conviene saber, finalmente, que de las cuatro escuelas jurídicas dominantes en el Islam, la Hanefita es de espíritu abierto y hace hincapié en la razón; la Malequita insiste en la idea básica del bien común; la Chafiíta se basa en el razonamiento analógico; la Hanbalita, es la inspiradira de los movimientos fundamentalistas que parten de una ideologización de la religión para instaurar un estado islámico al servicio de la sharia, incluso por medios violentos. Curiosamente, esta última tiene su asiento y caldo de cultivo en Arabia Saudita.