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Publicado por
JOSÉ ÁLVAREZ DE PAZ
León

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VEO , en el límite entre El Bierzo y Valdeorras, el humo del primer incendio de la primavera. Quizá sean varios incendios yuxtapuestos, como si no bastara con uno . Es el rayo que no cesa . Algunos descuidados , o desalmados, deberían pasar por la casa-museo de Solís, en Matarrosa, para comprobar, experimentalmente, los efectos devastadores del fuego en el roble, cuyas heridas y oquedades, capricho de la naturaleza, son , a veces, un habitáculo perfecto donde las abejas depositan la miel.También la naturaleza sabe escribir derecho, con líneas torcidas. Robledo de las Traviesas, Robles de Laciana, Robledo de Losada, Robledo de la Valduerna , Robledino...son nombres que revelan la importancia del roble para nuestros antepasados. Con él hacían la casa y el carro, la cama y el cuartal, el arca y el escaño, los piértigos para majar , el telar para tejer, la artesa para la matanza , los tayuelos y tayuelines para sentarse frente a la lareira donde, al arder, el roble huele bien y calienta mejor. Para la pandereta y la ceranda no sirve el roble, es mejor el abedul, también para las cucharas y las madreñas. En el monte vecinal, cada cual tenía asignado su quiñón; el Concejo autorizaba la corta controlada, con mucha disciplina, de los fullacos para alimentar a las ovejas y dar cobijo a los pardales en el invierno, también para el mullido, para que las vacas duerman secas y calientes. Separados los palos para las habas, el resto iba para los bancales del río, vivero y refugio de las truchas y las anguilas . Quedan en el Bierzo magníficos robledales, como el de Murias, en Tombrio, el de Valdevilla en Matarrosa, la Devesa en Noceda. Aunque los mejores ejemplares los he visto en Candín. Cuidar ese patrimonio, prevenir los incendios, procurar que las transferencias de competencias al Consejo Comarcal en la materia, se realicen ordenadamente, acompañadas de los recursos necesarios para su eficaz gestión, es una política necesaria para la supervivencia de nuestros pueblos, condición previa a cualquier proyecto de futuro. Cuando un monte se quema , algo nuestro, de todos, desaparece, a veces para siempre .Es curioso ver cómo en localidades que llevan el nombre de robledo, no quedan robles . Su importancia en la cadena vital es un valor añadido por el mantillo que crea y sostiene en su entorno. Y así como el madroño alimenta a tejos, zorros, garduñas, martas y mustélidos, el roble hace lo propio con la cabra, el corzo y el jabalí