La paciente tenía la córnea muy fina, pero dice que no le informaron
Denuncian a un centro óptico ante el Sacyl por supuesta negligencia
Tras ser operada de miopía con láser recibió 1.200 euros de compensación y vuelve a usar gafas «La información preoperato
Su córnea era demasiado fina como para someterse con garantías a una intervención de cirugía refractiva con láser que acabara con la miopía, pero María Isabel H.G. asegura que los especialistas de la clínica oftalmológica de Ponferrada donde se sometió a la operación no le advirtieron de ello. Tras la intervención practicada en julio del pasado año en el Instituto de la Visión del Bierzo, María Isabel, de 28 años de edad, no sólo ha vuelto a usar gafas, sino que sus ojos no toleran las lentillas más de dos horas y afirma que su vista ha emperado hasta el punto de ver halos luminosos de noche. Ayer presentó una queja en la Gerencia de Atención Primaria del Sacyl porque se considera víctima de una «negligencia incompatible con las prácticas médicas adecuadas». María Isabel reconoce que el oftalmólogo de la clínca le informó de que la operación podría entrañar riesgos, como el corte perforante de la lamela corneal o una infección. La denunciante también admite que el consentimiento que firmó antes de la operación aseguraba que la ténica lasik no podía garantizar un resultado exacto -«en nuestro caso se obtiene resultados que aproximadamente en el 93% de los casos no se desvían del 10% de la corrección deseada», escribe el especialista- pero no mencionaba que el espesor de sus córneas estaba por debajo de las 500 micras que los oftalmólogos recomiendan como límite para operarse. Intervención de retoque La denunciante, que pretende que la Junta intervenga para que otros pacientes no sufran las mismas consecuencias, asegura que la clínica asumió los «malos resultados de la intervención» y fijó para finales de diciembre la fecha para una operación de retoque. La paciente, que había consultado a otros especialistas, solicitó su informe oftalmológico antes de someterse a la segunda intervención. En él descubrió que antes de ser operada sus córneas tenían un grosor de 486 y 488 micras. «El espesor de córnea es aún menor como consecuencia de la operación, con lo cual es aún más incoherente someterme a dicho retoque», escribe María Isabel en su queja. El segundo escrito de conformidad que recibió la paciente sí advertía de que «el tratamiento con láser está condicionado al espesor corneal subyacente, no pudiendo realizarse si la córnea es excesivamente fina». Otro dato recogido en el informe oftalmológico que según la denunciante desaconsejaba la segunda intervención era la graduación inestable de su miopía. La denunciante asegura que hasta el día de la segunda operación no se le informó de la alternativa de un implante de lente intraocular para solucionar la miopía. María Isabel H.G. renunció a la intervención de retoque y recibió 1.200 euros como compensación. La clínica asegura que fue una «deferencia especial» para que pagara las «reoperaciones» en otro centro.