Los hijos de Papá Noel se pasan a la mencía
Especialistas del monopolio finlandés Alko, que controla más de 400 puntos de venta de alcohol en el país escandinavo, conocen a fondo los vinos de calidad del Bierzo
En España el precio de una botella de vino de calidad se puede multiplicar por dos y hasta por tres en un restaurante. En Finlandia, la misma botella puede costar cinco veces más, y frente al tradicional consumo de cerveza o vodka en buenas proporciones, los finlandeses se sienten cada vez más atraídos por el vino como bebida alcohólica, proceda de donde proceda. Por estas razones, fundamentalmente, las bodegas bercianas están muy interesadas en hacerse un hueco en el mercado finés, y en general en el de todos los países escandinavos. En esta línea han comenzado a fraguar ya los primeros contactos a partir de la última feria Alimentaria celebrada en Barcelona. Y de hecho, en la última semana, representantes del monopolio que en Finlandia se ocupa de las bebidas alcohólicas y del vino en particular han conocido diversas explotaciones vitivinícolas bercianas para sondear la posibilidad de acentuar la exportación de productos elaborados con mencía. Los cuatro expertos destacados por el monopolio, Alko, visitaron la bodega y el viñedo de Dominio de Tares y la bodega Descendientes de J. Palacios. Entre ellos había especialistas en viticultura, vino y marketing, que se interesaron primordialmente por las diferentes variedades de la zona, especialmente los viñedos viejos de mencía y las plantaciones nuevas de godello, estudiando la altitud de los viñedos, composición del suelo, influencia del viento en el desarrollo de las bayas y otros datos relativos al crecimiento y desarrollo de la uva. Durante las diferentes catas observaron la evolución que se había producido en los nuevos mencías respecto a aquellos de elaboraciones más tradicionales, y que ya conocían. Cientos de tiendas La entrada de bebidas alcohólicas en los diferentes países del norte de Europa funciona a través de monopolios. En el caso de Finlandia, el monopolio compra a través de importadores finlandeses o directamente a los productores, manteniendo su catálogo continuamente actualizado. Este organismo, Alko, se encarga de controlar toda la distribución de bebidas alcohólicas en 314 tiendas, a su vez subdivididas en ocho categorías para hacer más fácil la compra al consumidor, así como otros 140 puntos de venta que no responden a la clasificación de tienda. En los restaurantes la distribución se produce de forma privada, cada importador compra y distribuye su vino en el sector hostelero a título privado, independiente del monopolio. Cinco veces más caro Actualmente la tendencia del consumidor finlandés es comprar en estas tiendas vinos de calidad para su consumo particular. Sobre todo porque en un restaurante lo pagarían cinco veces más caro.