Diario de León
Publicado por
ALEJANDRO J. GARCÍA NISTAL
León

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A LA HORA de escribir estas letras la flor y nata de los periodistas de la Corte vallisoletana debaten temas de la profesión en una serie de tertulias en las que una silla permanecerá vacía, la de Vicente Díez. Periodista de oficio, nuestros caminos se cruzaron en su tierra natal ejerciendo, cómo no, ambos la profesión. Al poco tiempo se vino para León como director de RNE. Entre muchas anécdotas recuerdo el pavoroso incendio del Teleno donde atónitos, los periodistas congregados teníamos que esperar durante jornadas de duro trabajo a que su majestad el ministro de Defensa, Eduardo Serra, y los altos mandos militares terminasen de comer para atendernos. Les habíamos acompañado toda la larga mañana en la visita a la zona siniestrada y a la hora crítica de los informativos del mediodía se ponían a «despacharse a gusto». Las bandejas de viandas pasaban por nuestras narices y Vicente, con flema, le tomó una de ellas a un soldadito para repartirla con los reporteros, sobre todo los técnicos, que llevaban horas de pesado equipo encima. Era un gran compañero de profesión. Sabía llamar a la puerta del mandamás correspondiente con humildad para luego obtener el fin deseado, esto es, una buena información o las puñeteras declaraciones como aquel día. Fuimos a la vez, cada uno por su medio de comunicación, trasladados a Valladolid. Ambos nos íbamos introduciendo en la Corte del entonces presidente Lucas, compartimos experiencias, opiniones, actos...Asistí a sus intensos deseos de trasladarse a la Dirección Regional de TVE. Durante meses ese era un secreto a voces. Mucho planificaron Pedro Santabrígida y él. Ambos zamoranos, tenían planes para relanzar el Centro Territorial con el placet de González Ferrari. A Vicente, eso sí, se le podía achacar cierto servilismo al poder de turno, pero a su favor tenía su gran humanidad y su gran compañerismo. Lo mismo lo veías en los estrechos pasillos de Fuensaldaña narrando un Pleno de Cortes haciendo de todo, como un hombre orquesta, que compartiendo un bocata en un monte perdido con sus compañeros. Recuerdo la bronca que me permití echarle cuando visitó las instalaciones de Telemadrid sin avisar, engañado por el representante de la productora de turno en Valladolid. A punto estuvimos de trabajar juntos en su televisión, comités de empresa y sepis aparte. Todavía me parece verlo sudar, desanudarse la corbata y grabar en off con su erre característica el sarao del día. Descanse en paz.

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