Un robot para patrullar las alcantarillas
El Ayuntamiento de Ponferrada pone en servicio un artilugio móvil para inspeccionar las tuberías del saneamiento y reparar averías, y un camión para aspirar residuos
Sus hermanos más avanzados bien podrían ser el Oportunity o el Spirit, que todavía recogen muestras en la superficie de Marte. El que nos ocupa, sin embargo, no tiene nombre y está muy lejos de las estrellas. De hecho, su lugar de trabajo serán las alcantarillas de Ponferrada. De dimensiones reducidas, el carro tractor de seis ruedas Ipex, fabricado en Alemania, se convirtió ayer en el primer robot de la plantilla municipal. Equipado con una cámara giratoria de alta sensibilidad para trabajar en la oscuridad más absoluta, un sensor de inclinación y luces supletorias, un cable umbilical unido a un cabrestante motorizado, un transmisor y un generador de textos, el Ipex se ocupará ahora de patrullar las entrañas de Ponferrada para localizar obstrucciones en las tuberías, fisuras y pequeñas averías y proceder a su reparación, siempre que sea posible, sin necesidad de abrir una zanja. El robot de última generación ha costado 50.000 euros y el propio alcalde, Carlos López Riesco, se encargó de presentarlo junto con un nuevo sobre el que se ha instalado un equipo de aspiración e impulsión y una cisterna de acero de 10.000 litros para limpiar fosas sépticas y la red de tuberías subterráneas por donde circulan las aguas residuales domésticas las industriales y las aguas de lluvia. El camión que empleará el servicio de aguas que gestiona la empresa Helguina (antigua Ferroser) ha costado 180.000 euros, casi cuatro veces más que el robot, aunque por tamaño el contrate entre los dos nuevos equipamientos es aún mayor. Las bombas del camión permitirán desatascar tuberías con agua a presión a la vez que succionan las raíces o cualquier obstáculo que tapone la red. Pero el Ipex es un vehículo de alta precisión, capaz de colarse por las zonas más inaccesibles de la red -las tuberías no visitables de menos de 1,40 metros de diámetro- localizar el problema y si cabe, solucionarlo. «Las zanjas siempre son molestas y es difícil que queden bien. Se nota en el aglomerado de las calles», explicó el alcalde después de aclarar que, siempre habrá algún caso en que no quede más remedio que excavar. Por otra parte, el alcalde, mostró su confianza en que las obras de las fosas biológicas proyectadas en Peñalba y Montes puedan licitarse en el segundo semestre del año, después de que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta haya aprobado las respectivas declaraciones de impacto ambiental. Riesco anunció que agilizará la entrega de documentación al Ministerio para recibir los fondos previstos.