Ponferrada estrena nueva traída de agua con el triple de capacidad

Más capacidad, más presión y menos averías. Ponferrada estrenó ayer la nueva conducción de agua desde los depósitos de San Lorenzo para sustituir a una traída instalada hace casi setenta años y acabar con los repetidos cortes que la antigüedad de la red causaba en el suministro. Se trata de tres kilómetros y medio de conducción que triplican la capacidad de las viejas tuberías y que evitará, sobre todo, los problemas de presión en las horas de mayor consumo. Y todo, sin aumentar la captación actual en el río Oza, que el equipo de gobierno se ha comprometido a recortar en cuanto disponga de una nueva vía de suministro desde el pantano de Bárcena. «Se trata de no perder el agua que cogíamos del Oza por el camino, no de coger más agua», puntualizó el alcalde, Carlos López Riesco, que se desplazó hasta los depósitos de San Lorenzo para abrir simbólicamente la llave de paso de la nueva conducción. Riesco aseguró que con la nueva obra, que ha costado casi un millón y medio de euros y se ha ejecutado en un tiempo record de cuatro meses y medio en lugar de los ocho previstos, «no va a haber cortes drásticos de agua». El equipo de gobierno, que en su momento declaró de urgencia las obras adjudicadas a la empresa concesionaria del suministro, Helguina (antigua Ferroser), ha negociado con los 34 propietarios de terreno afectados para evitar las expropiaciones retrasaran los trabajos. La rotura de la tubería, el pasado mes de enero, llevó al equipo municipal a no esperar la llegada de subvenciones para iniciar las obras. La conducción entronca con los dos ramales principales de la red de Ponferrada, en la calle Cruz de Miranda y en dirección a Flores del Sil. Riesco recordó que todavía está pendiente la sustitución de tuberías de menor importancia. El alcalde aseguró que a lo largo del próximo semestre se llevarán a cabo las obras en «tres o cuatro calles» de la ciudad