UPL y PP quitan al PSOE la alcaldía de Torre entre aplausos y abucheos Un ramo de ortigas y un apretón de manos

El gobierno municipal de Torre del Bierzo cambió ayer de manos y lo hizo de forma tensa y crispada. Los seis ediles del PP y la UPL sacaron adelante la moción de censura que plantearon contra la ya ex regidora, la socialista María José Estrada, y auparon al sillón de la Alcaldía a Manuel Merayo entre abucheos y gritos de «peseteros, peseteros» por un parte y por otra entre aplausos y gritos de ánimo. Un recibimiento que refleja bien a las claras la división existente en Torre del Bierzo. Estrada se quedó finalmente con el apoyo de tan solo tres concejales al abstenerse el concejal de su grupo, José Niño, que fue el responsable de presidir la sesión plenaria como miembro de más edad de la corporación. Los concejales socialistas hicieron su entrada ya iniciada la sesión plenaria, si bien pudieron escuchar de palabras de Manuel Merayo, las motivaciones por las que se presentaba la moción: dejación de funciones, irresponsabilidad o endeudamiento se sumaban a la principal, la adjudicación irregular de las obras de la plaza de San Andrés. En su intervención, Estrada censuró esta forma de hacerse con la Alcaldía. «Hay dos formas de llegar a la montaña, como las águilas, volando, y la otra es como las culebras, rastreando. Así llega usted», dijo dirigiéndose al nuevo regidor. El portavoz Popular reprochó además el reparto que se había hecho por la localidad durante la noche, de fotocopias de la moción presentada por UPL y PP. «Es un documento sacado del ayuntamiento y en el que figuran los carnets de identidad de todos los firmantes, repartirlos alegremente es motivo suficiente para inhabilitarlos a ustedes como responsables», señaló para indicar que estudiarán un aposible demanda judicial. Los ánimos entre el numeroso público asistente estaban caldeados desde el inicio y fueron varios los momentos de tensión vividos en la sesión plenaria, principalmente entre los seguidores de uno y otro sector, aplausos, abucheos o insultos en función de quien hiciera las manifestaciones. La sesión, como no podía ser menos, fue crispada. Insultos, aplausos o abucheos se sucedían, dependiendo de quien hablase, y protagonizados por los dos sectores bien diferenciados. Uno de los momentos más tensos se produjo cuando una mujer del público entregó a María José Estrada un ramo perfectamente preparado pero compuesto por ortigas y cardos; ramo que posteriormente arrojó por la ventana otra persona, en este caso seguidora de Estrada. Al final, sin embargo, la ya ex alcaldesa estrechó la mano al nuevo regidor municipal dando una imagen de normalidad un tanto extraña.