El presidente del colectivo, Alberto Zapico, consideró que el reglamento actual está obsoleto
La Federación Vecinal reclama un nuevo estatuto para sus asociaciones
También solicita plantilla propia para la Concejalía de Participación Ciudadana La quema de rastrojos
Una mancha de hierba quemada afea desde ayer la ladera del Castillo más próxima al río Sil
El presidente de las Asociaciones de Vecinos del Bierzo, Alberto Zapico, hizo ayer públicas dos peticiones para el Ayuntamiento de Ponferrada. Por una parte, pidió al equipo de gobierno municipal que promoviera la creación de un nuevo estatuto que regulara la administración de las asociaciones vecinales, ya que el actual, según las palabras del presidente vecinal, está completamente obsoleto. Zapico presentó esta solicitud a raíz de una posible falta de democracia en la administración de los locales públicos que el ayuntamiento destinó a la asociación vecinal «Puente Boeza», puesto que venían siendo utilizados desde el pasado marzo con fines privados y económicos ante la impasibilidad del consistorio. Por otro lado, la Federación Vecinal envió una solicitud al grupo municipal para que formara una plantilla propia en la concejalía de participación social. En la actualidad, la administración de ésta se gestiona desde otros departamentos, de modo que los trámites burocráticos para resolver los problemas entre vecinos han aumentado de forma considerable. Fiestas con menos ayudas El presidente de la federación también se quejó de la reducción del presupuesto de este año para las fiestas de los barrios de Ponferrada, así como del reparto de las ayudas por número de habitantes. «Han organizado las subvenciones para los distritos en tres categorías: hasta quinientos habitantes, de quinientos a mil y de más de mil habitantes. Con este sistema, el barrio que tenga poco más de mil residentes se ve igualmente beneficiado que uno de cinco mil» puntualizó. En este sentido, también criticó a la concejala de fiestas, María Gutiérrez, por afirmar que los festejos vecinales debían financiarse con las limosnas de los vecinos y no con dinero proveniente de las arcas municipales. «Los ciudadanos de los barrios ya pagan suficientes impuestos para hacer posible la fiesta de Ponferrada, de modo que no tienen el deber de pagar un recargo por las de sus propias zonas», apostilló..