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| Reportaje | La enfermedad de la naturaleza |

Los castaños piden auxilio

Un hongo muy contagioso afecta a decenas de árboles del Bierzo Bajo, por lo que Medio Ambiente intenta prevenir de una posible plaga en otros lugares aún no afectados

Publicado por
Raquel F. Cruz - ponferrada
Ponferrada

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La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y el Centro de Sanidad Forestal de Calabazanos anuncian que existen dos enfermedades muy peligrosas y contagiosas que afectan a los castaños y que una de ellas ya se ha reproducido en la zona del Bierzo Bajo. Se trata de las enfermedades de la «tinta» y del «chancro». Ésta última es la que más se está desarrollando y es por ello que desean advertir a la población puesto que se necesita actuar cuanto antes para que no siga desarrollándose. El chancro, conocido como «el cáncer del castaño», es un hongo que vive como parásito en los árboles vivos y que puede sobrevivir en el tronco de los que ya han muerto. Para que un árbol pueda infectarse de esta enfermedad es necesario que exista una herida abierta, natural o artificial, ya que el hongo no tiene la capacidad de superar la barrera que supone para él la corteza. Además, este mal es capaz de resistir el frío y la desecación por lo que consigue persistir en condiciones muy adversas. La característica principal de este hongo es que invade muy rápido al huésped, en este caso al castaño, sin dejarle tiempo a que se forme el callo de cicatrización típico que producen otros hongos. El proceso de infección conlleva diferentes etapas. En la primera de ellas, se observa un enrojecimiento de la corteza y un ligero abultamiento. Posteriormente, se originan hendiduras y grietas longitudinales en la zona afectada que se acaba laminando. Bajo la corteza se puede observar una masa de tono blanquecino que es lo que constituye el micelio del hongo. Y es que, el ataque de este hongo se basa en provocar un anillamiento que impide la circulación de la salvia con lo que los brotes o ramas situadas por encima de la zona de la lesión acaban muriendo y la enfermedad, si no se detiene a tiempo, acaba secando y matando al castaño. Como respuesta e intento por sobrevivir, se observa la presencia de rebrotes bajo la zona afectada por el chancro. La cura del castaño Una posible solución para salvar el castaño es podando aquellas zonas afectadas por la enfermedad, aunque la mejor solución siempre sea acabar con el castaño infectado para evitar que contagie a los demás. Las herramientas de poda han de ser desinfectadas con alcohol de quemar, lejía o productos ya preparados para ello, realizándose antes, durante y después de la poda. Los cortes han de ser limpios para favorecer la cicatrización. Las heridas causadas por los cortes deben ser tratadas con cicatrizante fungicida, no con pintura o alquitrán ya que no es efectivo. Las ramas que ya se hayan cortado, se deben sacar lejos del soto o quemar, ya que la enfermedad se mantiene en la madera cortada y puede seguir infectando. Otra medida importante es proteger los castaños de los animales salvajes que puedan causarles heridas por las que entre el chancro, para lo que se pueden emplear varas que no sean de castaño o que si lo son, estén peladas. Por otra parte, existe una enfermedad también peligrosa pero que de momento está más controlada su extensión. La tinta es un hongo que penetra en el castaño a través de sus raíces. Lo peligroso de esta enfermedad es que puede llegar a desarrollarse sin que el dueño del castaño se dé cuenta puesto que en los primeros momentos se puede confundir con una deficiencia nutricional. Los síntomas más claros de esta enfermedad se observan en la parte más alta de la copa, que disminuye el tamaño de las hojas, se amarillean y se caen prematuramente.