El buen rollo es impermeable
La lluvia no pudo apagar los últimos acordes de las músicas de todo el mundo que sonaron durante tres días en Villafranca
Buen rollo, convivencia y, sobre todo, muchas ganas de pasarlo bien. Esta fueron las premisas que movieron a la gran mayoría de las 5.000 personas que durante este fin de semana pasaron por alguna de las actividades programadas en el Fiestizaje. Ni siquiera la intensa lluvia caída en la jornada de ayer, pudo con el ánimo de los participantes que no dudaron en cambiar los escenarios previstos al aire libre por otros cubiertos sin perder la sonrisa. Así, los tambores y las danzas que inundaban por la mañana el jardín de la Alameda se trasladaron a la casa de la cultura pero, seguidos por los incondicionales y sin que la música dejara de sonar. Algo similar ocurrió por la tarde, cuando la percusión afrolatina de Kabiyesile y los anfitriones, los leoneses Bumtaka, a pesar del cansancio que se reflejaba en sus caras no quisieron dejar de poner el broche de oro al festival. Un recinto que, acondicionado como zona de acampada, llegó a albergar el sábado cerca de 200 tiendas de campaña. Por ello, la villa del Burbia se convirtió en la capital de la tolerancia .