| Reportaje | Una vida dedicada a la enseñanza |
Una calle para Roger Fernández
Fuentesnuevas descubre hoy la placa del vial dedicado a uno de sus hijos adoptivos, profesor en la Universidad de Los Ángeles
Nació hace setenta años en Salas de los Barrios y su vida ha sido una odisea. Al menos así la define él en los cuatro volúmenes donde recoge sus memorias, tres publicados y uno a punto de editarse. Se trata del profesor jubilado de la Universidad de la Ciudad de Los Ángeles, Roger Fernández, que desde hoy tendrá el orgullo de ver su nombre en la placa de una calle en Fuentesnuevas, su localidad de adopción y donde mantiene sus vínculos familiares. El acto, que contará con la presencia del alcalde, Carlos López Riesco, del concejal de Cultura, Manuel Rodríguez, y de la pedánea de Fuentesnuevas, Mari Crespo, tendrá lugar a las 19.30 horas. La nueva calle de Roger Fernández está situada junto a la iglesia de La Asunción y perpendicular a la arteria principal de la pedanía (calle Real y Camino de Santiago, esquina restaurante La Casona). El nombre de Roger Fernández para una calle de Fuentesnuevas fue propuesto por la propia Junta Vecinal, que ha querido reconocer los méritos de quien llegó a la pedanía con diez años y siempre ha vuelto a pesar de que su trabajo le ha llevado a lugares tan alejados como Cuba, Sudáfrica, Nueva York o Los Ángeles. Casado, con ocho hijos y cinco nietos, Roger Fernández iba para fraile y cuando decidió no confirmar sus votos enfocó su vida hacia la enseñanza secundaria en Nueva York, donde dio clases de español, francés e italiano. Licenciado en Arte y en doctorado en Filosofía y Letras, Fernández continuó su trabajo como profesor de idiomas en la Universidad de la Ciudad de Los Ángeles desde 1967. Entre 1987 y 1995, fecha de su jubilación, dirigió el departamento de Idiomas y Humanidades de su universidad. El pasado año fue galardonado por la Asociación Biblioteca Internacional de Poesía en Los Ángeles.