«Los Juegos de Atenas han sido la consagración del sistema digital»

Hace apenas un par de días que Miguel Ángel Frutos, jefe técnico de eventos especiales de TVE y Manuel Ovalle, cámara que acudió a la cobertura de los Juegos Olímpicos, han regresado de Atenas para tomarse unos días de descanso en su añorada tierra berciana. Miguel Ángel Frutos nació en Madrid pero se declara berciano de adopción. Descubrió los verdes parajes de la comarca cuando conoció a la que hoy es su mujer, natural de Ocero. Desde ese momento siente un especial cariño por todo lo berciano. «En el Bierzo están los grandes amores de mi vida», confesaba con una sonrisa al recordar los buenos ratos que pasa en Ocero sacando la miel o vendimiando. Por su parte, Manuel Ovalle nació en Ponferrada y se marchó a Madrid con 17 años para estudiar y labrarse un futuro. Ahora reconoce que echa de menos su tierra, de la que procura no estar alejado mucho tiempo y ejerce como embajador en toda ocasión que se le plantea. Los juegos de lo Digital La última edición de los Juegos Olímpicos, en Atenas, movilizó el dispositivo más amplio de TVE, en total doscientos profesionales, entre técnicos y periodistas. «En cada Olimpiada nos vamos superando, porque hacemos más cobertura, más horas y sobre todo cada vez avanza más la tecnología y nosotros no nos podemos quedar atrás», así lo explicaba Miguel Angel Frutos. La novedad de este año ha sido la inclusión de la tecnología digital que ha aportado una gran calidad. «El tratamiento que se ha hecho de la imagen es lo más destacable de la retransmisión de estas Olimpiadas», contaba Miguel Ángel. El éxito de esta cobertura ha residido, según ambos, en el trabajo en equipo. Otro aspecto importante ha sido el de la seguridad, ambos comentaban las grandes revisiones a las que se ha sometido todo el material que llevaban al estadio. «El tema de la tecnología y la seguridad están muy liados, te revisan cable por cable, maleta por maleta, ordenador por ordenador, explicó Miguel Ángel. Para él este tipo de eventos no pueden compararse con otros en los que ha trabajado, como la pasada boda del Príncipe Felipe. En esta ocasión emplearon 30 kilómetros de cable y 25 unidades móviles, además de cámaras robotizadas, que permitieron retransmitir los momentos más emocionantes de la ceremonia. «Las cámaras hay que colocarlas, como decía Pilar Miró, convenientemente amatojadas, para que den el plano que el realizador quiera pero que no se vean», explicaba Miguel Ángel.